La madrugada del viernes, Ucrania vivió uno de los ataques aéreos más intensos desde el inicio de la invasión rusa en 2022. Cientos de drones y misiles impactaron distintos puntos del país, particularmente la capital, Kiev, lo que encendió las alertas tanto en el frente militar como entre sus aliados internacionales. El bombardeo ocurrió en medio de un contexto tenso y poco después de una llamada telefónica entre el presidente ruso Vladimir Putin y el exmandatario estadounidense Donald Trump, lo que ha generado especulación sobre las motivaciones detrás del ataque.

De acuerdo con el reporte de las fuerzas armadas ucranianas, Rusia lanzó 539 drones tipo Shahed, varios misiles balísticos Iskander y un misil hipersónico Kinzhal, además de proyectiles de crucero. La defensa aérea logró interceptar más de 400 de estos artefactos, sin embargo, otros lograron impactar en al menos 33 puntos, dejando un saldo preliminar de una persona fallecida y 23 heridas, según autoridades locales.

El presidente Volodymyr Zelensky se pronunció en redes sociales calificando el ataque como un acto deliberado y brutal, y reiteró el llamado a la comunidad internacional para reforzar el suministro de sistemas de defensa aérea Patriot, argumentando que son clave para salvar vidas civiles ante este tipo de agresiones.

Objetivos estratégicos y daños

El Ministerio de Defensa ruso confirmó que el bombardeo buscaba “neutralizar amenazas terroristas del régimen de Kiev”, aunque sin dar mayores detalles. Indicó que se alcanzaron instalaciones como fábricas de drones militares, una refinería y un aeródromo. A su vez, en redes sociales rusas circularon versiones divididas: unos lo celebran como una muestra de fuerza del Kremlin, mientras otros advierten que sólo escalará el conflicto.

Ucrania responde con drones en territorio ruso

Horas después del ataque, Ucrania contraatacó con drones no tripulados en diversas regiones rusas, incluyendo Belgorod, Kursk y Moscú, entre otras. Se informó que al menos 48 drones fueron derribados por las defensas aéreas rusas, aunque no se sabe cuántos fueron lanzados en total.

Además, el Instituto de Investigación en Química Aplicada en la región de Moscú, que estaría vinculado con la producción de explosivos para drones Shahed, fue atacado y resultó severamente dañado, de acuerdo con el servicio de inteligencia ucraniano.

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foto cortesía 

xmh