Ante los reclamos de familiares de un reo mayor de edad que al parecer fue asesinado en el Cereso de San Miguel, el gobernador Miguel Barbosa Huerta indicó que se consultó a su hija si podía tenerlo en su casa bajo prisión domiciliaria y ella se negó.

Este martes se dio a conocer el deceso de Raúl Boy, de 73 años de edad, a quien se le dictó una orden captura por parte del Poder Judicial por los delitos de portación de arma prohibida y amenazas.

El hombre era portador de VIH desde hace 30 años y padecía prostatitis y onicomisis, por lo que debía tomar diversos medicamentos. Su hija, Ángeles Boy, pidió que el caso sea investigado como homicidio, y acusó que él fue amenazado y golpeado por otros internos.

En conferencia de prensa, el mandatario indicó que por la edad y por una enfermedad crónico degenerativa muy grave de esta persona, la jueza de control pidió a la Policía Estatal que inspeccionara la casa donde vivía para determinar si había condiciones para que estuviera bajo prisión domiciliaria.

Sin embargo expuso que su hija rechazó tener a su padre en casa como lugar para que estuviera en prisión preventiva domiciliaria, por lo que se mantuvo en el cereso capitalino.

Asimismo, sostuvo que hay informes por escrito donde se asienta que todos los medicamentos retrovirales se le siguieron proporcionando, lo cual ya fue notificado a la Fiscalía General del Estado.

“Es correcto que los familiares declaren cosas, pero hay que saber esto. La señora hija rechazó al papá para que estuviera en prisión en su domicilio”, indicó.

Ángeles Boy pidió determinar si se trató de un homicidio o una muerte por causas naturales. Acusó que su padre pagaba para obtener agua caliente o limpieza en el Cereso, por lo que estimó necesario determinar si sufrió tratos crueles e inhumanos.

El pasado 17 de agosto, Raúl Boy sostuvo una riña con un taquero al sur de la ciudad por lo que ingresó a prisión preventiva por amenazas y portación de arma.

Foto: archivo m

gse