Puebla, Pue.- “Le diríamos al Presidente –Andrés Manuel López Obrador-que, con el corazón en las manos, se ponga en mis zapatos, que se haga justicia, que le quiten el fuero y que lo metan a la cárcel. Que pague, por lo que hizo, porque ya estuvo bien. No ha sido uno, fueron varios (jóvenes), que se haga justicia y que se vea que no lo van a solapar por ser morenista”, exigió María Guadalupe Lezama, madre del menor que denunció al diputado federal Saúl Huerta de abuso sexual.

Lo anterior fue publicado por el periódico Excelsior, tras la entrevista que concedieron los padres del adolescente de 15 años, María Guadalupe Lezama y Raúl Reyes, abusado en abril del año en curso en un hotel de la ciudad, lo que provocó que ahora esté en tratamiento psicológico.

Le piden su intervención ante la Comisión Permanente para que el desafuero del legislador poblano se apruebe en la semana que está por inicial y a días de que concluya el periodo legislativo para el cual fue electo.

Saúl Huerta fue electo por Morena como candidato a diputado federan en la reciente elección para que buscara la reelección, pero ante las denuncias que presentaron en su contra por abuso sexual, renunció a la candidatura y su distrito en la ciudad de Puebla, fue perdido por Morena.

Entre lágrimas, recordó que antes de la agresión su hijo soñaba con ser chef y dedicarse a viajar. Lo describió como un joven alegre que siempre la apoyaba en la venta de su puesto en un tianguis en San Francisco Totimehuacán.

“Él hablaba mucho de que quería ser chef. Ahora está callado, le gustaba hablar mucho, estaba contento. Es otro. No quiere salir, tiene miedo. Mi hijo tiene derecho a ser feliz y no tenía que haber pasado este abuso sexual o violación. Es triste, como mamá, verlo así. Me duele mucho, el que mi hijo fuera feliz y ahora no.”

La madre del menor describió que el abuso fue doble, debido a que se aprovechó de la vulnerabilidad económica de la familia y de la confianza que le tuvieron.

El aún diputado federal que hasta el momento ha contado con la protección de sus homólogos en la Cámara de Diputados, les ofreció ayuda para que el adolescente estudiara gastronomía en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). También ofreció inscribirlo a clases de inglés y enseñarlo a conducir.

“Nosotros nos encontramos mal, con enojo, con impotencia de ver cómo los diputados se burlan de lo que le pasó a mi hijo. Todo esto ha sido muy agotador, muy abrumador. Desde un principio no nos hicieron caso, no nos quisieron atender,  a mi hijo no le creyeron, lo revictimizan”, Raúl Reyes.

Fotografía Especial

clh