Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informaron en conferencia de medios, sobre la aparición de un fenómeno natural geofísico. Los investigadores señalaron que entre el 1 de mayo y el 8 de junio se registraron 242 microsismos en la región de Uruapan y el corredor volcánico Michoacán-Guanajuato; seis de ellos con una magnitud superior a los cuatro puntos en la escala de Richter.

Carlos Valdés González, director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Costa Rica, señaló que la incidencia de tal cantidad de microsismos suele presentarse antes del nacimiento de un volcán.

Los enjambres sísmicos no siempre son sinónimo del nacimiento de un coloso ya que como comentó Denis Francois Legrand, miembro investigador del Instituto de Geofísica (IGf) el magma no siempre llega a la superficie por lo que es importante mantener la vigilancia sobre la zona en que se presenta este fenómeno.

Por esta razón, Luis Antonio Domínguez Ramírez profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), recomendó a los habitantes de la zona que se mantengan atentos a la emanación de gases y elevación de la temperatura del suelo, que podrían indicar el inminente nacimiento de un coloso.

Un enjambre sísmico es la concurrencia de una serie de microsismos en un área especifica durante un periodo de tiempo relativamente corto. A diferencia de un sismo, el enjambre no tiene un evento telúrico principal que desencadene las subsecuentes replicas, sino que se trata de un conjunto de terremotos con magnitudes diferentes en un área geográfica acotada.

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