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Van tras el escurridizo Bukanas

Su cabeza tiene precio y las autoridades consideran, debe estar agazapado en alguna de las sierras de Puebla o Veracruz

Puebla, Pue.- El más escurridizo y sanguinario de los líderes huachicoleros de Puebla y Veracruz, y de los pocos aún prófugos, “El Bukanas”, Roberto de Los Santos de Jesús, tiene las huellas de sus fugas bien estudiadas por las fuerzas federales, que nuevamente han cerrado el cerco en torno suyo.

Una sola imagen, hasta ahora inédita, que forma parte de los reportes de inteligencia, lo muestra entero en su descaro: la mirada fría, retadora y fija, a la lente que lo toma; una escuadra semiautomática -tipo Beretta 9mm- de apariencia casi nueva, sobre su pecho. Él, casi recostado en lo que aparenta ser una hamaca. Es la imagen brutalmente temeraria de uno de los criminales más crueles y más buscados del país.

Apenas este lunes, cinco de sus cómplices fueron aprehendidos por secuestro en Tehuacán.

Es el golpe más directo contra quien es el capo del huachicol y ahora de muchísimos delitos más, desde 2017.

Desde aquella sangrienta refriega de julio 24 de ese año, cuando la Marina abatió a cinco de sus sicarios, en un operativo para arrestarlo.

Fue el precio de su huida.

No se había sabido mucho directamente de él desde entonces.

En octubre de 2017, estuvo por cuarta vez cercana su captura.

Fue la última operación que se conoció.

Secuestro, extorsión, robo son algunos de los crímenes a los que ha tenido que diversificarse su banda, por el nuevo contexto de la guerra contra el robo de hidrocarburos.

En algún lugar de las sierras de Puebla o Veracruz está agazapado, con cada vez menos margen de acción, el criminal sobre quien hay una recompensa de un millón de pesos, para quien proporcione datos para su captura.

El historial de sus fugas, cuando estaba por caer, son largas y en ellas siempre ha habido la sospecha de la complicidad de autoridades locales, para que “El Bukanas” consiguiera escapar.

Sus huidas siempre han sido de última hora.

Su fuerza, que era creciente y parecía imparable en octubre de 2017, vino a la baja con su persecución por elementos del Ejército y a Marina.

Se planeó muchas veces su aprehensión estuvo muy cerca de concretarse el 9 de marzo y luego el 21 y 24 de julio de 2017.

Logró huir.

Y durante casi todo 2018 se volvió un fantasma.

Los anteriores gobiernos estatal y federal no consiguieron apresar al delincuente que este 19 de febrero cumplirá 40 años de edad.

Desde las penumbras ha seguido liderando su banda delictiva.

La imagen lo dice todo: medallas aparentemente de oro, grotescas, varias, amontonadas, la escuadra, la camisa vaquera, la barba de candado.

La mirada es temeraria.

Pero también delata algo más

Eso que muy dentro debe tener quien sabe que su cabeza tiene precio.

Columna Garganta Profunda de Arturo Luna Silva

clh

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