Puebla, Pue. - Después de casi seis años de incertidumbre, la familia de Julio César, un joven originario de Guerrero, logró recuperar sus restos, los cuales fueron entregados este martes en el panteón de La Piedad, tras una exhumación ordenada por las autoridades.

Julio César tenía 23 años cuando fue visto por última vez en Ecatepec, Estado de México, en septiembre de 2019. Desde entonces, su familia emprendió una larga búsqueda por distintas entidades del país, sin respuestas claras por parte de las autoridades locales.

Su cuerpo fue hallado con signos de violencia en el estado de Puebla, pero durante años permaneció en calidad de desconocido en las instalaciones del Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO), hasta que finalmente fue reconocido gracias a una fotografía incluida en el carrusel digital del Programa de Identificación Humana de la Fiscalía del Estado.

El director del INCIFO, Alejo Repelio Ríos, confirmó que la causa de muerte fue homicidio, al igual que en otros casos recientemente identificados por este programa forense. En todos los expedientes se han iniciado carpetas de investigación por homicidio doloso, aunque hasta ahora no se ha dado a conocer si existen líneas claras sobre posibles responsables o contextos específicos.

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