“El pacto” Peña Nieto-AMLO

La columna Bajo Reserva de El Universal expuso: “Desde luego, nos hacen ver, no hay un documento firmado, pero mucho se ha escrito de la existencia de un pacto de no agresión entre los expresidentes Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto. Si dicho pacto existió, solo ambos exmandatarios lo saben, pero en los hechos, durante el pasado sexenio EPN nunca habló sobre el gobierno y las decisiones de AMLO, y López Obrador siempre dio un trato respetuoso “al licenciado Peña Nieto”.
Hace algunos días, el licenciado Peña apareció en el documental Texcoco, la decisión del Presidente y afirmó que, hasta ahora, no hay pruebas de corrupción en esa obra. Este es uno de los principales argumentos que el gobierno de AMLO utilizó para cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco.
Ahora, derivado de versiones originadas en un medio de Israel que sugieren la presunta entrega de sobornos durante la gestión de Peña, la Fiscalía General de la República anuncia el inicio de una investigación contra el exmandatario. ¿Será que don Enrique rompió el pacto de silencio al participar en un documental y cuestionar una de las decisiones de la autollamada Cuarta Transformación? concluye el apunte de El Universal.
“EL PACTO” Peña Nieto — López Obrador
Por lo anterior, vale retomar lo que se expuso en este espacio el 26 de agosto de 2020.
Veamos:
Eran los albores de 2014, y Andrés Manuel no cejaba en su caminar por todo el territorio nacional en busca de una tercera candidatura presidencial.
En Los Pinos despachaba el priista Enrique Peña Nieto, quien había derrotado a López Obrador en los comicios de 2012.
En 2006 y 2012, AMLO compitió con el traje del PRD, partido que dirigió y que dejó en manos de Rosario Robles cuando por segunda ocasión buscó ceñirse la Banda Presidencial.
Pero en 2014, López Obrador ya tenía lista una jugada político-electoral que le abriría la posibilidad de ganar.
Por una vía, se quitaba el lastre de las tribus perredistas.
Por el otro carril, avanzaría con un partido propio.
Con marca propia.
Con el sello cien por ciento obradorista.
Enmarcado con el nombre de Morena, el mismo con el que el pueblo católico mexicano se refiere a la Virgen de Guadalupe.
Andrés Manuel tenía claro —muy claro, demasiado claro, valga la redundancia— que, sin el apoyo, la vénia y el “Vo. Bo.” de Peña Nieto, su organización política no pasaría el filtro final del INE.
No es que don Enrique mandara y ordenara en el Instituto Nacional Electoral.
Para nada.
Pero el “poder presidencial” se ejerce.
Y Peña lo ejerció, al igual que sus antecesores.
Y en acuerdo —más que privado— en Los Pinos, se dio la indicación: Que proceda el registro de la organización Movimiento Regeneración Nacional.
Así, el 9 de julio de 2014 el Instituto Nacional Electoral emitió la resolución que otorgó el REGISTRO OFICIAL como Organización Política Nacional, el cual tendría efectos constitutivos a partir del primero de agosto de 2014.
El consejero-presidente del INE era —y continúa siéndolo— Lorenzo Córdova Vianello, quien fue elegido el 3 de abril de 2014 por el Pleno de la Cámara de Diputados.
Lorenzo Córdova es el primer consejero-presidente electo por el Poder Legislativo para un periodo de nueve años; mismo que concluye en abril de 2023.
O sea, si alguien conoce ese acuerdo in pectore es Córdova Vianello.
Claro, directamente de viva voz del entonces mandatario, Peña Nieto.
Porque a Lorenzo Córdova le tocó, desde su etapa como consejero electoral del extinto IFE (Instituto Federal Electoral), de diciembre de 2011 a enero de 2014, conocer la solicitud y registro —en octubre de 2011— de la Asociación Civil Movimiento de Regeneración Nacional, hasta su constitución como Organización Política Nacional.
Por ello, en la elección a legisladores federales de 2015, Morena participó por primera vez obteniendo más del 8 por ciento de la votación, que lo colocó como la cuarta fuerza política nacional al ganar 14 diputaciones de mayoría y 21 por el principio de representación proporcional —total 35—
Y qué decir de la elección por la presidencia de México en 2018, cuando López Obrador gana Palacio Nacional.
“Fuentes” bien informadas apuntaron que “El Pacto” Peña Nieto-López Obrador acordó que el INE validara el registro oficial de Morena como organización nacional.
Y así aconteció.
Y si la tendencia del voto de los comicios de julio 2018 era para AMLO… el aparato presidencial no se movería, el sistema no se caería y saldría a reconocer la victoria de López Obrador.
Y así fue.
A cambio de ello, Peña Nieto no sería tocado.
Se iría de México.
Un exilio sin exiliarse.
Tampoco sería tocado su grupo cercano… Luis Videgaray Caso, Miguel Ángel Osorio Chong y José Antonio Meade.
Y dos “corderos al matadero” … Rosario Robles y Emilio Lozoya.
Y así fue.
Concluye la larga, pero necesaria cita del 26 de agosto de 2020.
Misma que en los últimos días cobra vigencia en los medios nacionales.
Por cierto, en el programa Foro de Expresión, del 9 de febrero de 2021, se entrevistó a Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca, a quien se le preguntó: ¿Peña Nieto pactó la Presidencia de México con López Obrador?
A bote pronto respondió: “Sin duda… No tengo la menor duda de que hubo un pacto”.
Un pacto que, según dijo, incluyó “la traición al candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, por parte del mismo Peña Nieto”.
Es real, “Peña abandonó a Meade”, reiteró Ulises Ruiz.
Lo que lleva al cuestionamiento:
¿López Obrador rompió “el pacto”?
¿Fue la Presidenta Claudia Sheinbaum?
¿Qué sigue del “pacto”?
Al tiempo.
 
 
clh