La empresa suiza Nestlé atraviesa un momento complicado luego de anunciar la salida de su director ejecutivo, Laurent Freixe, tras descubrirse que mantuvo una relación sentimental con una empleada directa, información que ocultó a la junta directiva. Este hecho ha provocado un choque interno en la compañía, que además enfrenta retos económicos y bursátiles.

Freixe, quien tenía 63 años y llevaba casi cuatro décadas en la compañía, fue relevado sin recibir indemnización. El nuevo encargado de la dirección general será Philipp Navratil, de 49 años, actual líder de Nespresso, división clave de Nestlé. Navratil asume la responsabilidad en un momento en que la empresa busca recuperar terreno tras varios años de desempeño financiero bajo y presión en sus mercados.

El caso salió a la luz gracias a una denuncia interna canalizada por Speak Up, sistema que permite reportar irregularidades dentro de la firma. Aunque Freixe negó inicialmente la relación ante el consejo, una investigación posterior, dirigida por Paul Bulcke, presidente actual de Nestlé, y el presidente electo, Pablo Isla, confirmó la falta, violatoria del código de ética de la empresa. La empleada involucrada ya no trabaja en Nestlé desde verano.

Esta situación no solo afectó la imagen corporativa, sino también el valor en bolsa. Las acciones de Nestlé, que cotizan en Zúrich, llegaron a caer hasta 3.6% tras el anuncio, para luego cerrar con una baja de 0.7%. El golpe se suma a otros escándalos recientes en multinacionales, donde ejecutivos han sido destituidos por no revelar relaciones personales con subordinados.

Además del problema de liderazgo, la empresa enfrenta un contexto complicado. En los últimos cinco años, Nestlé perdió cerca de un tercio de su valor bursátil, cifra que contrasta con competidores europeos que han tenido mejor desempeño. Solo en el último año bajo Freixe, el valor bursátil se redujo 17%. Entre los factores que afectan a la firma están los aranceles en Estados Unidos, la desaceleración económica global y una estructura de costos que requiere ajustes.

Expertos en inversión han señalado que el nuevo director deberá tomar decisiones drásticas para cambiar el rumbo. Ingo Speich, director de Gobierno Corporativo y Sostenibilidad en la firma de inversiones Deka, considera que la situación es “histórica” y que Nestlé debe enfocarse en optimizar adquisiciones, controlar gastos y apostar por el crecimiento en mercados emergentes.

La transición en la dirección se da en un contexto de cambios más amplios: Paul Bulcke dejará la presidencia en 2026, siendo reemplazado por Pablo Isla, conocido por su paso en la empresa española Inditex. Además, la empresa está evaluando su división de vitaminas, que no ha alcanzado las expectativas de ventas.

Analistas consultados coinciden en que el principal reto para Navratil será reajustar la estructura organizacional y buscar un crecimiento más orgánico, a la vez que controla costos para mejorar la rentabilidad. Russ Mould, analista de AJ Bell, advierte que este nombramiento marca el inicio de un periodo de incertidumbre, ya que el nuevo líder buscará dejar su sello en la estrategia, lo que implica un reinicio en los procesos de reestructuración.

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