Cada 28 de agosto, Puebla celebra la festividad de San Agustín de Hipona, uno de los grandes doctores de la Iglesia. Más allá de las misas solemnes y procesiones en su honor, esta fecha está íntimamente ligada a la gastronomía poblana, pues coincide con la temporada de los chiles en nogada, el platillo barroco por excelencia.

La relación no es casual. La fiesta patronal de San Agustín ocurre justo cuando los ingredientes principales de este manjar alcanzan su punto de maduración: la nuez de castilla fresca, la granada y la manzana panochera. Así, desde tiempos virreinales, los banquetes en honor al santo incorporaron este platillo como el eje de la celebración.

En templos como el Convento de San Agustín en la ciudad de Puebla, tras la misa y las actividades religiosas, los fieles solían reunirse en convivios donde los chiles en nogada se servían como plato principal. Con el paso de los siglos, la costumbre se expandió a ferias patronales y fiestas comunitarias en municipios poblanos que lo veneran como patrono.

Hoy, la festividad de San Agustín marca uno de los momentos más esperados del calendario poblano: la unión entre devoción y cocina tradicional. Así, cada chile en nogada servido en estas fechas no solo representa la riqueza culinaria del estado, sino también la herencia cultural y religiosa que le da vida.

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clh