Durante el segundo trimestre de 2025, el empleo en México registró un ligero incremento, alcanzando los 59.4 millones de personas ocupadas entre abril y junio, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este crecimiento representa un aumento de poco más de 113 mil puestos respecto al mismo periodo del año pasado.

Sin embargo, el motor detrás de esta expansión no fue la formalidad, sino el sector informal, que sumó casi 400 mil empleos nuevos, llegando a un total de 32.6 millones de trabajadores. Esto quiere decir que más de la mitad de quienes trabajan en el país lo hacen sin contratos formales, seguridad social ni prestaciones laborales.

Mientras tanto, el empleo formal no solo se mantuvo estancado, sino que en algunos sectores clave sufrió pérdidas importantes. La industria de la construcción fue la más afectada, con la pérdida de 226 mil empleos, seguida por las manufacturas, que dejaron ir más de 118 mil plazas. Este dato refleja una tendencia preocupante, pues estas áreas suelen ofrecer mejores condiciones y estabilidad para los trabajadores.

A pesar del aumento en la cifra total de ocupados, la calidad de los empleos generados sigue siendo un punto crítico. La informalidad continúa dominando, lo que significa que muchos mexicanos trabajan sin garantías y con bajos ingresos.

Por otro lado, la tasa de desocupación se mantuvo estable en 2.7%, lo que equivale a alrededor de 1.6 millones de personas sin empleo formal. Sin embargo, un análisis del Banco BASE advierte que, aunque el desempleo es relativamente bajo, la calidad y estabilidad del mercado laboral están deteriorándose. De hecho, la población ocupada disminuyó en casi 47 mil personas en la primera mitad del año en comparación con el cierre de 2024, marcando ya dos años consecutivos con contracción en el empleo formal durante este periodo.

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