Atlixco, Pue.- En el universo de las bebidas de agave un nuevo protagonista comenzó a llamar la atención. Se trata de Almave, el proyecto impulsado por Lewis Hamilton, siete veces campeón mundial de la Fórmula 1, quien apostó por una propuesta audaz: ofrecer la experiencia sensorial de un destilado tradicional sin recurrir al alcohol.

El secreto detrás de Almave está en el agave Espadín cultivado y cosechado en las faldas del Popocatépetl. Versiones locales apuntan a un detalle: parte de esta materia prima proviene de La Magdalena Axocopan, la tercera junta auxiliar más grande de Atlixco, célebre por la fertilidad de su tierra volcánica. Este entorno geográfico dota a la planta de matices únicos los cuales se trasladan directamente al perfil organoléptico de la bebida.

De acuerdo con especialistas en el mundo de los destilados, Almave logra reproducir el carácter ahumado y herbal del mezcal, pero bajo un proceso innovador capas de eliminar el contenido alcohólico.

Este enfoque la coloca como una opción premium dentro del creciente mercado de los destilados sin alcohol cuyo segmento a nivel global supera ya los 11 mil millones de dólares anuales y crece a doble dígito impulsado por consumidores quienes buscan experiencias sofisticadas sin comprometer su salud.

El precio tampoco pasa desapercibido: una botella de 700 mililitros se comercializa en 36.99 dólares (alrededor de 710 pesos mexicanos), cifra para ubicarlo en el rango de bebidas premium. Además, refleja tanto la calidad de su materia prima como la firma de una celebridad global detrás de la marca.

Con Almave, Atlixco y su agave Espadín se colocan en el mapa internacional de las bebidas de agave de nueva generación demostrando la tradición puede transformarse sin perder su esencia.

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Foto Cortesía

clh