Huauchinango, Pue. - A casi dos años del arranque de las obras de remodelación del mercado municipal de Huauchinango, decenas de comerciantes siguen esperando una respuesta clara sobre la fecha en que podrán volver a ocupar sus locales. Mientras tanto, la incertidumbre, la caída en las ventas y el abandono por parte de las autoridades han puesto en jaque a una comunidad de trabajadores que históricamente ha sido el corazón económico del centro de este municipio serrano.

Desde que fueron reubicados en la explanada 5 de Mayo, lejos del centro, muchos locatarios han visto cómo sus ventas se han desplomado hasta en un 90 por ciento, obligándolos a despedir personal, endeudarse o cerrar sus negocios definitivamente. Entre los más afectados están quienes se dedican a la venta de alimentos, un sector que depende del flujo constante de clientes y que no puede mantener su mercancía por más de un día.

Uno de los casos más representativos es el de Carmen Islas, fundadora del reconocido local Los Cuinos, que durante décadas fue referente de comida tradicional en el mercado. Hoy, con 85 años de edad, atiende a un promedio de 10 personas al día, cifra impensable para quien antes despachaba docenas de órdenes diarias. Además del abandono, enfrenta problemas como inundaciones en su local provisional durante la temporada de lluvias, debido a la falta de drenaje adecuado.

Otros comerciantes, como Óscar Flores (venta de pollo) o Jesús Valdez (carnicero), coinciden en que el impacto económico ha sido devastador. Flores afirma que solo el 20% de los antiguos locatarios sigue en la explanada, mientras que muchos abandonaron la zona o buscaron espacios más céntricos, donde los rentas superan los 20 mil pesos mensuales. Valdez, por su parte, ha tenido que echar mano de todos sus ahorros para sostener su negocio y denuncia la falta de transporte público, servicios y vigilancia en el lugar temporal.

Ante este panorama, algunos han intentado resistir como pueden. Bertha Cabrera, por ejemplo, activó un servicio de entregas a domicilio en motocicleta para su tienda de abarrotes y cremería. Aunque la iniciativa le ha permitido conservar parte de su clientela, asegura que no es suficiente para compensar las pérdidas diarias.

La desesperación también se ha hecho presente entre quienes deben tirar mercancía cada día por no poder venderla, como en el caso de María Rogelia Cruz, vendedora de hortalizas, quien además enfrenta la competencia de ambulantes que se instalan alrededor del mercado en reconstrucción y absorben a los pocos clientes que quedan.

El avance de la obra es visible en ciertas zonas —como la fachada y estructuras internas—, pero no hay información oficial clara sobre cuándo se entregará el inmueble. Aunque en su momento se prometió que estaría listo en seis meses, ya van casi dos años y el proyecto sigue sin concluir. Tanto la Secretaría de Infraestructura como la presidencia municipal de Huauchinango han evitado dar declaraciones concretas, lo que ha aumentado la frustración de los afectados.

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foto ilustrativa

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