El senador y coordinador de Morena, Adán Augusto López Hernández, tomó la tribuna del Senado para enfrentar los señalamientos por su relación con Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública en Tabasco, acusado de liderar el grupo criminal La Barredora.

Desde esa tribuna, López insistió en que nunca tuvo indicios ni sospechas sobre actividades ilícitas del exfuncionario, y atribuyó su nombramiento a una situación de crisis de seguridad en diciembre de 2019, no a una relación previa o complicidad.

López Hernández detalló que, al asumir la gubernatura, ratificó al secretario de seguridad que había en el gabinete anterior, quien renunció a los pocos meses. Fue en ese contexto que Bermúdez Requena fue designado secretario. “No me da vergüenza decir que no tuve sospecha alguna”, subrayó el senador sobre aquel nombramiento que posteriormente derivó en escándalo.

Al ser cuestionado sobre posibles vínculos con el crimen organizado, López indicó que está dispuesto a rendir cuentas ante cualquier citatorio, y reiteró que no usará su fuero como escudo: “No me asusta comparecer”, afirmó. A su juicio, los señalamientos contra él son infundados. Incluso aseguró que la “tiznadera” —como él mismo citó— no le inquieta si busca dañar su reputación política.

Inteligencia ya tenía alertas desde 2019

Documentos filtrados por el grupo Guacamaya revelaron que diversas instancias de inteligencia, desde 2019, habían reportado vínculos de Bermúdez con La Barredora. Al menos 30 comunicaciones oficiales fueron dirigidas a autoridades como la Sedena y el CNI, advirtiendo sobre la infiltración del crimen en la seguridad estatal en Tabasco.

El secretario Omar García Harfuch confirmó que la carpeta de investigación contra Bermúdez se abrió desde noviembre de 2024, y la orden de aprehensión se emitió en febrero de 2025. También informó que el Gobierno federal coopera para su localización, toda vez que ya hay una ficha roja de Interpol en su contra.

La oposición no ha dejado pasar el caso. PAN y PRI presentaron denuncias penales y exigen desafuero, afirmando que los vínculos de López con su excolaborador son graves. Morena, por su parte, se mantiene sólido en su defensa, evitando que el tema avance formalmente en comisiones. Sin embargo, la crisis ha agrietado al partido y afectado su discurso anticorrupción.

Mientras tanto, el colectivo Guacamaya y medios nacionales han revelado cómo mandos policiales y de inteligencia de Tabasco estuvieron infiltrados por la organización criminal, incluso operando con protección institucional para actividades como huachicoleo o extorsión.

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