Pese al supuesto “respeto” que las autoridades de Israel han dicho tener por las creencias cristianas del mundo occidental, el 17 de julio se dio a conocer que el ejercito de la nación sionista atacó el único recinto cristiano que hay en Gaza, lo que resulto en la muerte de dos fieles y varios heridos de gravedad.

Entre las personas heridas se encontraba el párroco de este importante templo católico, quien en el pasado fue una de las personas más cercanas al Papa Francisco durante los últimos meses de su vida. La situación se da en el marco de las llamadas a un cese al fuego que han sido voceadas por el Papa León XIV.

De acuerdo a lo que se sabe, el lugar fungía no solo como centro de rezos y otras actividades religiosas, sino que también era un refugio para cientos de víctimas del genocidio contra los pueblos indígenas palestinos. La situación causo una inmensa conmoción en El Vaticano, lo que llevo a varios pronunciamientos.

A través de un telegrama, el cardenal Pietro Parolin expresó que el Santo Padre y sus allegados están profundamente entristecidos por la perdida de dos personas inocentes, así como la destrucción de un templo que siempre han considerado como una ofrenda de paz y solidaridad con los pueblos musulmanes.

Se sabe que los dos fieles fallecidos eran el conserje de 60 años de esta parroquia, y una mujer de 84 años que recibía apoyo psicosocial dentro de una carpa de la organización benéfica católica, “Caritas Jerusalén”. Las autoridades sionistas continúan sin aclarar si esto fue daño colateral o un ataque directo.

Cabe señalar que de acuerdo con lo informado por el director interino del Hospital Al-Ahli, Fadel Naem, esta parroquia servía como un recinto para albergar a familias tanto cristianas como musulmanas, entre las cuales se encontraban múltiples niños discapacitados y personas recuperándose de cirugías delicadas.

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Foto: Al Jazeera // Haaretz

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