• Salud

No uses cotonetes: limpiar de más los oídos puede causar más daño

  • Xóchitl Montero
En condiciones normales, la cerilla se elimina por sí sola, sin necesidad de intervenir.

Aunque muchas personas consideran que limpiarse los oídos forma parte esencial de su rutina de higiene, no siempre es recomendable hacerlo. De hecho, en la mayoría de los casos, no es necesario retirar la cerilla, a menos que cause molestias.

La cerilla o cera del oído, conocida médicamente como cerumen, no es simplemente “suciedad”. Esta sustancia se produce de forma natural en el canal auditivo y cumple varias funciones importantes: mantiene la piel hidratada para evitar resequedad o picazón, protege al tímpano de daños físicos, ayuda a prevenir infecciones al limitar el crecimiento de bacterias y además contribuye a mantener el canal limpio, pues atrapa polvo, células muertas y otras partículas que luego son expulsadas de forma natural.

¿Cuándo se convierte en un problema?

En condiciones normales, la cerilla se elimina por sí sola, sin necesidad de intervenir. Sin embargo, hay situaciones en las que puede acumularse y provocar bloqueo, lo que se traduce en síntomas como pérdida temporal de audición, zumbidos, sensación de oído tapado o incluso dolor. Esto puede ocurrir cuando el canal auditivo es muy estrecho o curvo, si hay enfermedades de la piel como eccema, si se usan aparatos como audífonos o tapones, o por el uso constante de hisopos (las famosas puntas Q), que en lugar de limpiar, empujan la cera más al fondo.

¿Qué hacer si se tapa el oído?

Si la cerilla está bloqueando el canal auditivo, se pueden usar gotas ablandadoras o soluciones de limpieza que se venden en farmacias. Estos productos ayudan a que la cera se afloje y salga por sí sola. No se recomienda usar hisopos, pasadores, clips o cualquier objeto puntiagudo, ya que pueden empujar la cera más adentro o causar una lesión grave en el tímpano.

También es importante evitar remedios caseros como la vela de oído, una práctica peligrosa que, además de no ser efectiva, puede ocasionar quemaduras o perforaciones.

Lo ideal: no hacer nada… a menos que sea necesario

Los especialistas en salud auditiva coinciden en que la mejor forma de cuidar los oídos es limpiando únicamente la parte externa con un paño húmedo. Si no hay síntomas molestos, es preferible dejar que el oído haga su trabajo, ya que cuenta con un mecanismo de autolimpieza eficiente.

Para quienes suelen tener bloqueos frecuentes, puede ser útil aplicar unas gotas de aceite mineral una vez por semana. Pero, si el problema persiste, lo recomendable es acudir a un médico, quien podrá retirar el exceso de cerumen de forma segura.

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