Las conversaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos alcanzan un momento clave este fin de semana, tras nuevas advertencias sobre una posible escalada arancelaria que podría desencadenar represalias económicas contraproducentes para ambos bloques.

El ministro francés de Economía, Éric Lombard, anticipó este sábado la posibilidad de cerrar un acuerdo “este fin de semana”, luego de que una delegación de la Comisión Europea aterrizara en Washington con el objetivo de negociar una moratoria que, de no concretarse, desataría una respuesta "más vigorosa" por parte de Bruselas. La advertencia cobra relevancia a menos de una semana del plazo límite impuesto por el presidente Donald Trump, quien ha señalado el 9 de julio como fecha tope para firmar acuerdos o enfrentar aranceles adicionales.

La tensión comienza desde abril, cuando EE. UU. aplicó un arancel base del 10 % a múltiples socios, incluyendo a la UE, y amenazó con gravámenes suplementarios entre el 10 % y el 70 % si no se alcanzaban acuerdos satisfactorios. Hasta el momento, solo el Reino Unido y Vietnam han logrado acuerdos que postergan temporariamente esa amenaza. Trump, fiel a su estilo, confirmó que este lunes comenzará a despachar alrededor de una docena de cartas a distintos países notificando el inicio de una nueva ola tarifaria.

La preocupación no es menor. Analistas económicos destacan que un aumento arancelario disruptivo podría azuzar una reacción en cadena: mercados inestables, alzas inflacionarias, y reducción del crecimiento industrial tanto en Estados Unidos como en sus socios comerciales. En Europa, sectores estratégicos —como el agroindustrial, farmacéutico, automotriz y aeronáutico— estarían en la línea de fuego de estas medidas.

Desde Bruselas, y en sintonía con Lombard, el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič, sostiene que las negociaciones avanzan en serio, aunque con reservas sobre la calidad del pacto frente a la presión del reloj. En caso de no lograrse un acuerdo sustantivo antes del día 9, la Comisión podría aplicar contramedidas calibradas, aunque contundentes. Lombard insistió en la necesidad de "restablecer el equilibrio" si EE. UU. no cede.

Mientras tanto, cabe aclarar que, aunque desde Washington se menciona el envío de cartas el lunes, el propio Trump afirmó que no todas las notificaciones llegarán por igual, y que algunas naciones podrían quedar fuera del alcance de esos gravámenes iniciales.

Un reloj contra la economía global

El llamado “deal or die” que marca la fecha del 9 de julio no solo presiona a las diplomacias. Genera señales negativas hacia los mercados y eleva la volatilidad. Las bolsas internacionales han reportado bajas —por ejemplo, el IBEX cayó un 1.48 % este viernes— y temen que una escalada obligue a los bancos centrales a frenar estímulos económicos.

¿Escalada o alivio?

El escenario más favorable sería un acuerdo que incluya compromisos europeos en temas regulatorios —como semiconductores o protección de inversión— y flexibilidad estadounidense que rebaje o elimine los aranceles del 10 %. Además, desde París se plantea la incorporación de criterios energéticos ante la dependencia del gas ruso.

Pero si esa salida no se da, Europa se prepara para aplicar contramedidas proporcionales, en respuesta a lo que define como una acción unilateral de alto impacto.

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