México.- En algún momento de esta madrugada, si el cielo lo permite, un puñado de estrellas fugaces cruzará en silencio la bóveda celeste. Se trata de las Bootidas de junio, una lluvia de meteoros que, a diferencia de las espectaculares Perseidas o Gemínidas, es famosa no por su constancia, sino por su imprevisibilidad.

Su origen es el cometa 7P/Pons-Winnecke, que cada seis años deja un rastro de escombros en su órbita. Cuando la Tierra cruza ese camino, partículas del tamaño de un grano de arena se precipitan a nuestra atmósfera a unos 18 kilómetros por segundo, generando tenues destellos de luz. Algunos años —como ocurrió en 1998— la actividad se dispara de forma repentina y llegan a contarse hasta 100 meteoros por hora. Otros años, apenas si hay movimiento.

En 2025, los astrónomos advierten que el espectáculo será probablemente discreto, pero con una ventana abierta a lo extraordinario. La lluvia estará activa entre el 22 de junio y el 2 de julio, con su máximo la noche del 26 al 27 de junio. ¿El mejor momento? Justo antes del amanecer, entre las tres y las cinco de la mañana, cuando el radiante —el punto desde donde parecen surgir los meteoros— se eleva alto en el noreste, en la constelación de Bootes, cerca de la estrella Arcturus.

El cuerpo principal responsable de la lluvia ha sido identificado como el cometa 7P/Pons-Winnecke. El mejor momento será durante las primeras horas del 27 de junio, hacia la parte noreste de la esfera celeste.

El cielo que no coopera

Quienes vivan en la Ciudad de México tendrán que lidiar con un visitante menos amable: la nubosidad. De acuerdo con los pronósticos más recientes, el cielo permanecerá mayormente cubierto, con posibilidades de chubascos nocturnos y temperaturas cercanas a los 15 °C. Habrá, eso sí, algunos periodos breves de nubes intermitentes, particularmente en la segunda mitad de la madrugada.

Eso no significa que la observación sea imposible, pero sí que la paciencia será crucial. Si las nubes abren un resquicio, incluso uno o dos meteoros solitarios pueden convertir la noche en una experiencia inolvidable.

Cómo observarlas (si decides aventurarte)

- Apaga las luces: busca un sitio alejado de la contaminación lumínica. Dentro de la ciudad, zonas como el Ajusco, Milpa Alta o Xochimilco ofrecen mejores condiciones.

- No uses telescopio: los meteoros se ven mejor a simple vista. Usa una silla reclinable o una manta para mirar el cielo cómodamente.

- Abrígate bien: la madrugada será húmeda y fría; lleva chamarra, gorro y, si puedes, una bebida caliente.

- Permite que tus ojos se adapten a la oscuridad durante al menos 20 minutos. Evita mirar pantallas o luces brillantes.

- Ten expectativas realistas: en un año típico, las Bootidas ofrecen apenas un par de meteoros por hora. Pero si hay suerte, podrías ver una ráfaga inesperada.

La ciencia detrás de un instante

Cada meteoro que cruza el cielo es una historia milenaria: polvo dejado por un cometa en su camino alrededor del Sol. Lo que dura apenas un segundo ante nuestros ojos ha viajado por siglos en la oscuridad del espacio. Las Bootidas, en su modestia, nos recuerdan que el cielo no necesita fuegos artificiales para conmovernos. Basta una chispa.

Y quizá esa chispa —si se da— no solo ilumine la noche, sino también la curiosidad.

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