Una red de extorsión operando desde la capital de Ecuador, Quito, fue desarticulada por la Fiscalía General del Estado (FGE) en conjunto con la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase). La organización criminal funcionaba desde un edificio en la zona de La Carolina y utilizaba el nombre de una supuesta empresa llamada LKL-WELLCALL para engañar a sus víctimas.

Según las autoridades, el call center estuvo activo al menos un año, con una estructura bien definida donde los ciudadanos chinos Xu J. y Gu X. encabezaban la operación. En el equipo también estaba un ecuatoriano, Luis Geovanny C. R., quien se encargaba de reclutar operadores, gestionar la logística de chips telefónicos y coordinar pagos de hasta 500 dólares.

Cinco personas más figuraban como líderes de segmento, encargadas de repartir contraseñas, usuarios de la plataforma de llamadas y administrar bases de datos con los nombres y números de las víctimas. Este sistema criminal usaba tecnología avanzada: computadoras para hacer llamadas y plantillas predefinidas para enviar mensajes.

Una de las tácticas para presionar a las víctimas era el envío de fotografías falsas con contenido sexual y amenazas de hacerlas públicas en redes sociales. También les mandaban videos violentos para intimidar y obligarlos a pagar grandes sumas de dinero. Además, se descubrió que esta empresa ofrecía créditos sin autorización legal, para luego extorsionar a quienes accedían a ellos.

La fiscal encargada del caso explicó que los operadores recibían bonificaciones si lograban recaudar más de mil 200 dólares al mes, lo que incentivaba a continuar con este negocio ilícito.

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foto cortesía 

xmh