A las 18:06 horas comenzó a salir la Fumata blanca, sonaron las campanas de San Pedro, los 133 cardenales del cónclave han elegido a un nuevo Pontífice en un cónclave más ágil de lo esperado, tras cuatro votaciones. El candidato elegido ha conseguido reunir 89 votos, los dos tercios necesarios para salir elegido. Su nombre se conocerá con un ritual.

Cabe mencionar que cuando un Papa es elegido, recibe una serie de objetos con un gran simbolismo que lo identifican como el máximo representante de Iglesia Católica, varios de ellos han caído en desuso, todos forman parte del protocolo que rodea al Pontífice.

Estos objetos reflejan su autoridad espiritual y pastoral, cada uno tiene un significado profundo y se adapta a las preferencias y estilo de liderazgo.

Estos son los objetos:

-Palio. Es una banda de lana blanca con cruces negras, que se coloca sobre los hombros y cuelga hacia el frente y la espalda. Simboliza al Buen Pastor que lleva la oveja sobre sus hombros, y representa también la bolsa de alimento del pastor para sus ovejas. Es de uso diario en el pontificado.

-Anillo del Pescador. Un anillo dorado con la imagen de San Pedro, el primer Papa, sobre el que se graba el nombre del nuevo pontífice. Representa la misión del Papa como “pescador de hombres”. Se destruye al terminar su pontificado, ya sea por renuncia o fallecimiento.

-Tiara papal. Es un tocado alto con tres coronas, símbolo del poder espiritual y temporal del Papa. Aunque se entrega desde el inicio, ya no es de uso común y se reserva para actos solemnes. En su lugar, el Papa suele portar la mitra durante las ceremonias litúrgicas.

-Férula papal. Es un bastón coronado por un crucifijo. Tiene una forma curvada y puede ser sustituido por un báculo. Simboliza la guía espiritual del Papa.

-Silla gestatoria. También llamada sedia gestatoria, es un trono portátil que antiguamente se usaba para trasladar al Papa en procesiones solemnes, llevado por doce palafreneros en uniformes rojos. Aunque ya no se utiliza comúnmente, sigue siendo parte del protocolo vaticano.

Además de recibir estos significativos objetos, el Papa electo cambiará de nombre, esta tradición, que ha perdurado durante siglos, no solo marca el inicio de su trabajo como sumo pontífice, sino que también ofrece pistas sobre las intenciones y el enfoque pastoral del nuevo líder de la Iglesia Católica.

Esta tradición simboliza un renacimiento espiritual y un compromiso renovado con su misión pastoral.

En la Biblia el cambio de nombre, representa una transformación profunda y un nuevo propósito en la vida del elegido.

Desde el año 533 comenzó esta costumbre con el Papa Juan ll su nombre de nacimiento era Mercurius, en honor al dios romano Mercurio. Considerando inapropiado llevar el nombre de una deidad pagana como líder de la Iglesia Cristiana, decidió adoptar el nombre de Juan II. Aunque no fue una práctica inmediata entre sus sucesores, con el tiempo se convirtió en una tradición establecida.

Es importante destacar que no existe una norma canónica que obligue al Papa a cambiar su nombre. Sin embargo, desde el siglo X, la mayoría de los pontífices han optado por adoptar un nuevo nombre al asumir el cargo.

De acuerdo con el protocolo a seguir, una vez elegido el nombre, el cardenal protodiácono anuncia al mundo: "Habemus Papam", seguido del nombre de nacimiento del nuevo papa y el nombre papal que ha adoptado. Este anuncio se realiza desde el balcón de la Basílica de San Pedro, marcando oficialmente el inicio del nuevo pontificado.

Curiosamente, ningún Papa ha adoptado el nombre de Pedro II. Esto se debe al profundo respeto por San Pedro, considerado el primer Papa y la "roca" sobre la cual Jesús fundó su Iglesia.

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Foto archivo

LMR