El Papa Francisco, de 88 años, enfrenta nuevamente complicaciones de salud, esta vez debido a un cuadro de bronquitis que le ha dificultado continuar con su agenda habitual. 

Según un comunicado de la Santa Sede emitido este jueves, el pontífice ha optado por realizar sus audiencias de los próximos días en la Casa Santa Marta, su residencia dentro del Vaticano. 

Este cambio tiene como objetivo que el Papa pueda seguir desempeñando sus labores pastorales, aunque en un ambiente más tranquilo y apartado de las molestias que genera la enfermedad.

El Papa Francisco ha mostrado dificultades para hablar debido a un "fuerte resfriado", que lo llevó incluso a pedir a un asistente que leyera su catecismo durante la audiencia semanal del miércoles. El pontífice, conocido por su cercanía y carisma con los fieles, demostró su sentido del humor al comentar que su asistente “lo leerá mejor que yo”.

La bronquitis no es una enfermedad nueva para el Papa. En 2023, ya había sido hospitalizado por un cuadro similar y se le trató con antibióticos. A esto se suman sus problemas de movilidad, producto de dolores en la cadera y las rodillas, que también lo han llevado a reducir algunas de sus actividades. 

La salud del Papa es un tema que ha preocupado a muchos, pues desde su juventud sufrió la extirpación de parte de uno de sus pulmones, lo que ha complicado su salud respiratoria a lo largo de los años.

La Casa Santa Marta, que se encuentra dentro del Vaticano, es un espacio sencillo y modesto, muy distinto al Palacio Apostólico, donde los papas anteriores residían en condiciones más lujosas. 

Este lugar ha sido hogar del Papa Francisco desde que asumió el pontificado en 2013, reflejando el estilo de vida austero que el pontífice ha querido promover durante su gestión. El Papa ha insistido en llevar una vida cercana a la gente, sin los lujos que tradicionalmente se asocian con el Vaticano, buscando un mensaje de humildad que va en línea con su constante llamado a la simplicidad.

A pesar de su malestar, el Papa no ha detenido su actividad pastoral y, aunque con una respiración algo más agitada, sigue realizando su labor con el mismo empeño. Su capacidad para mantener el contacto cercano con los fieles y seguir al frente de la Iglesia Católica refleja su dedicación y compromiso con su vocación.

Aunque su salud parece estar en un proceso de recuperación, la situación de salud del Papa Francisco nos recuerda los retos que enfrenta, no solo como líder espiritual, sino como ser humano. La Iglesia Católica, por su parte, continúa vigilando de cerca su evolución, mientras los fieles se mantienen atentos a cualquier nuevo comunicado sobre el estado de salud del pontífice.

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foto cortesía 

xmh