- Puebla
La prevención, una prioridad ante la alta sismicidad: UPAEP
Ante la alta actividad sísmica registrada en México y el mundo en los primeros días del 2025, Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, hizo un llamado a las autoridades para reforzar las estrategias de prevención y mitigación de riesgos.
Un año que comienza con constantes movimientos telúricos.
Según el informe anual del Servicio Sismológico Nacional, durante 2024 se registraron 33,396 epicentros en México, lo que equivale a un promedio de 92 sismos diarios, es decir, uno cada 15 minutos. Estas cifras confirman la naturaleza sísmica de México, derivada de la interacción de cinco grandes placas tectónicas, principalmente la de Cocos y la Norteamericana.
Ismael Hernández subrayó eventos sísmicos recientes como el ocurrido el 5 de enero en Cihuatlán, Jalisco, con una magnitud de 4.7, y el sismo de 6.1 registrado el 12 de enero frente a las costas de Michoacán. Ambos eventos forman parte de los movimientos asociados a la subducción entre las placas tectónicas de Cocos y Norteamericana. Aunque no se reportaron daños significativos, activaron sistemas de alerta sísmica, corroborando su eficacia.
Dijo que el panorama mundial también evidencia alta actividad sísmica. El 7 de enero, un terremoto de magnitud 7.1 sacudió los Himalayas, afectando áreas entre India y China, donde las construcciones de mampostería sin refuerzo sufrieron daños. Asimismo, el 13 de enero, Japón experimentó un sismo de magnitud 6.8 en Miyazaki, provocado por la interacción de las placas de Filipinas y Euroasiática.
Ismael Hernández enfatizó que, aunque los sismos no pueden predecirse, las consecuencias catastróficas pueden mitigarse mediante políticas adecuadas de prevención. Hizo un llamado a las autoridades de los tres niveles de gobierno para fortalecer las medidas de protección civil, actualizar los protocolos de construcción y mejorar la infraestructura en áreas vulnerables.
“La sismicidad reciente debe servir como recordatorio de que Puebla, al igual que otras regiones del país, enfrenta un riesgo constante. Es vital actuar con seriedad en la mitigación de desastres”, puntualizó el especialista.
También resaltó la necesidad de que instituciones como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), la Secretaría de Comunicaciones e Infraestructura, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) integren el riesgo sísmico en sus proyectos de planificación urbana y construcción.
Eduardo Ismael recordó que eventos como los sismos de 1985 y 2017 dejaron profundas marcas en la memoria colectiva de los mexicanos. “No podemos olvidar las heridas abiertas por estos desastres. Es nuestra responsabilidad evitar escenarios similares en el futuro, especialmente en zonas densamente pobladas como Puebla y la Ciudad de México”.
El inicio de 2025, marcado por esta alta sismicidad, representa una oportunidad para reforzar los esfuerzos en la construcción de un México más preparado y resiliente. Como agregó Ismael Hernández, “el sismo no avisa, pero la prevención puede marcar la diferencia entre una tragedia y una historia de éxito”.
El académico subrayó la necesidad de realizar evaluaciones rigurosas de las edificaciones dañadas tras los sismos. "Si no se atienden adecuadamente, estas estructuras representan un riesgo mayor en caso de un nuevo sismo. Es fundamental investigar el comportamiento real de estas construcciones, instrumentarlas y determinar si es viable su recuperación o si, por seguridad, es mejor demolerlas”, explicó.
Según el experto, este enfoque también debe extenderse a infraestructuras críticas como hospitales y escuelas. Además, enfatizó que la ingeniería sísmica proporciona herramientas para optimizar los recursos disponibles, pero su implementación depende de una colaboración efectiva entre investigadores y autoridades.
Apuntó que uno de los mayores retos en México es la falta de una normativa nacional que regule el diseño sismorresistente de las construcciones. "En países como Chile o Japón, existen reglamentos que cubren todo el territorio nacional. Esto es posible gracias a investigaciones sobre el comportamiento del suelo y pruebas realizadas en laboratorios y universidades”, comentó Eduardo Ismael.
En México, cada municipio es responsable de emitir su propio reglamento de construcción, lo que genera inconsistencias y riesgos. "Muchos municipios, incluyendo algunos en Puebla, no tienen reglamentos actualizados y adaptados a las condiciones locales. En ocasiones, simplemente se adoptan las normativas de la Ciudad de México, lo cual es problemático porque los suelos y materiales de construcción varían considerablemente entre regiones”, destacó.
El investigador instó a las autoridades a priorizar el estudio del comportamiento sísmico de los suelos en cada municipio y desarrollar reglamentos específicos para garantizar la seguridad de las construcciones.
Ismael Hernández también destacó el papel de las instituciones educativas, como la UPAEP, en el avance del conocimiento y la prevención de riesgos sísmicos. "Desde hace años, hemos trabajado en investigaciones y publicaciones enfocadas en mitigar los riesgos de los sismos. Además, estamos desarrollando un posgrado centrado en la ingeniería de riesgos de construcciones”, anunció.
Este nuevo programa busca formar expertos capaces de estudiar el impacto de los sismos en las edificaciones, optimizar recursos y reducir la vulnerabilidad estructural en el país. "Es un esfuerzo para cerrar la brecha de desconocimiento entre quienes toman decisiones y garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva”, añadió.
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Foto: Especial
cdch