Me refiero al lamentable accidente del vuelo de la línea aérea Azerbaijan Airlines, en el que milagrosamente hubo sobrevivientes. Y antes de meternos en vericuetos para desentrañar qué provocó que el avión se desplomara de esa manera, tenemos que hablar del elefante en la habitación.

Y me refiero a los conflictos bélicos; la peor amenaza para la aviación son las guerras. Y para nadie es un secreto que se trata de una industria que genera millones de dólares, y mantiene a flote la economía de países enteros, principalmente los Estados Unidos, que no se sabe “otro son”, más que el camino armamentista.

No nos vamos a andar con medias tintas, quienes ponen en riesgo el espacio aéreo a nivel mundial son principalmente nuestros vecinos del norte, que son la mar de injerencistas en cuanto conflicto bélico hay; o si no existe, ellos se encargan de crearlo.

Por eso, antes de entrar a debate de quién es el responsable de derribar el avión de Azerbaijan Airlines, tenemos que puntualizar que mientras se siga alimentando al monstruo de la guerra, consecuencias fatídicas como las de este accidente seguirán apareciendo.

Sabemos que hay una guerra que libran Rusia y Ucrania, donde los Estados Unidos ha apostado miles de millones de dólares para impedir que Rusia gane. No porque le interese el bienestar de los ucranianos, sino porque sabemos que los gringos son metiches y aunque no les llaman, les gusta tener la sensación de que “manejan” a todo el mundo a su antojo.

No es la primera vez que un misil derriba un vuelo comercial, y tratan de engañar a la gente para que no trascienda la información, tratando de ocultar la verdad. Ese fue el caso del vuelo de Malasya Airlines, en 2014, con un avión modelo Boeing 777, que cubría la ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur.

En ese entonces la “historia oficial” fue que al estar sobrevolando el espacio aéreo de Ucrania un misil ruso lo derribo. Hoy vuelven a utilizar esta misma historia pero para el vuelo de Azerbaijan Airlines ¿curioso, no creen?

El derribo de aviones de vuelos comerciales por misiles es algo que sucede desde hace más de 40 años. El primer caso fue el de la línea aérea “Libyan Arab Airline”, y ocurrió el 21 de febrero de 1973, ¿la causa? cuatro aviones de la fuerza aérea de Israel decidieron “abrir fuego” contra la aeronave que llevaba a bordo 112 personas.

Diez años después un avión de Korean Air fue derribado por aviones de combate de la antigua URSS, dejando un saldo de 269 pasajeros fallecidos, más todos los miembros de la tripulación del avión Boeing 747.

En 1988 el avión siniestrado fue un Airbus, un A300 de Iran Air, que transportaba “nada más” a 290 personas, entre pasajeros y tripulantes; fue atacado por dos misiles norteamericanos en el área del Golfo Pérsico.

En 2001 un misil ucraniano acabó con la vida de 78 personas de un vuelo con destino a Tel Aviv. Y así podríamos seguir con el recuento de lamentables sucesos.

Dejando claro con esto, que los conflictos bélicos entre países comprometen de manera muy preocupante el espacio aéreo. Necesitamos cielos seguros, la industria aérea es uno de los transportes de pasajeros más seguros del mundo, pero tenemos que evitar que las absurdas guerras acaben con ello.

Al final, se torna irrelevante quien disparó, si fue un lado o el otro; este afán de arreglar todo por la vía de las armas es estúpido, y como siempre se ha dicho, el pueblo es el que termina matándose, porque las élites que los mandan a morir permanecen cómodamente en sus mansiones.

El día que estos grandes oligarcas y señores de la guerra vayan al frente junto con sus hijos y nietos, ese día se acaban las guerras. Es muy fácil pelear cuando tú no arriesgas el pellejo.

Este accidente es un hecho muy lamentable, y debe exigirse el cese del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, mientras se impulsan las vías diplomáticas para resolver el conflicto. Que se tarden lo que se tengan que tardar, pero que dejen de jugar con la vida de sus soldados y de su pueblo, pues solamente consiguen muerte y destrucción.

En memoria de los tripulantes: el capitán Igor Kshnyakin, el primer oficial Aleksandr Kalyaninov, y la sobrecargo Hokuma Aliyeva. Y con el mismo aliento, para los 39 pasajeros que perdieron la vida en este fatídico evento.

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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias

Foto AP

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