En un hecho sin precedentes, Filipinas ha sido golpeada por cuatro tifones consecutivos en un lapso de tan solo diez días: Marce, Nika, Ofel y Pepito. Este fenómeno ha causado estragos en varias de las islas más pobladas del país, dejando tras de sí una estela de destrucción y desafíos humanitarios.

Las intensas lluvias, vientos huracanados y marejadas ciclónicas han provocado inundaciones masivas, deslizamientos de tierra y daños severos a la infraestructura.

Miles de familias han sido evacuadas de sus hogares, mientras que los servicios esenciales, como la electricidad y el suministro de agua, han quedado interrumpidos en múltiples regiones.

La Agencia Meteorológica de Filipinas (PAGASA) advirtió que la acumulación de tormentas ha sido extraordinaria, señalando que el cambio climático podría estar intensificando estos patrones extremos. Mientras tanto, los equipos de emergencia trabajan contrarreloj para atender a los afectados, distribuir ayuda humanitaria y evaluar los daños.

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Foto: Especial

cdch