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Aeroméxico acuerda con ASPA, y muestra sus planes de sostenibilidad

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La aerolínea del caballero águila llegó finalmente a un acuerdo con sus pilotos, además de presentar un importante documento

La aerolínea del caballero águila llegó finalmente a un acuerdo con los pilotos agremiados a la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA). Y es que con la aplicación de la reforma laboral del 2019, el tema de los emplazamientos a huelga, en lugar de haberse vuelto más ágiles, son ahora una tortura burocrática disfrazada de democracia.

Las cosas como son, y lo sé porque alguna vez estuve en ese mismo ruedo “dando faena a los toros”, por decirlo de alguna manera. En este capítulo de Aeroméxico/ASPA, el sindicato votó por una prórroga en las negociaciones, que siguieron su curso normal, y finalmente se llegó a un convenio, el cual antes de ser ratificado con la empresa, ante las autoridades, debe ser votado por los trabajadores, para saber si lo aceptan, o se estalla la huelga.

Este proceso de votación duró diez días, y concluyó el pasado 2 de noviembre, con el siguiente resultado: 477 votos en contra, y 876 votos a favor de aprobar el acuerdo previo sobre las nuevas condiciones laborales para los pilotos de Aeroméxico.

Lo primero que destaco es que los beneficios adquiridos en esta pasada revisión se retrotraen al 1° de octubre, fecha fijada para su estallamiento a huelga. Recordemos que para solicitar la revisión de sus condiciones laborales, el sindicato de pilotos ASPA “sí o sí” debe emplazar a la línea aérea Aeroméxico, como parte de los requisitos o procesos normales.

¿Qué fue lo que ganaron los pilotos de ASPA en esta revisión contractual y salarial? Pues un aumento del 20% entre salario y prestaciones, dejando claro que para el próximo año -esto es 2025- tendrán su revisión salarial y para el 2026 la revisión contractual y salarial.

Es de reconocerse la amplia participación en la toma de decisiones, pues votaron alrededor del 83% de la planta de pilotos. Pero no quito el dedo del renglón, toda esta burocracia disfrazada de democracia se podría haber evitado si en primer lugar tomamos en cuenta, que si algo caracteriza a este sindicato, es que es democrático hasta la médula, y luego otro factor, que ellos sí tienen contemplado dentro de sus estatutos la posibilidad de estar en asambleas virtuales y ejercer su voto por esa misma vía. Con esta posibilidad ya contemplada, no hubiera sido necesario tomar un mes completo para llegar a este acuerdo.

Desde mi óptica personal fue un mes “malgastado”, pues desde el principio los pilotos habían aceptado en asamblea no estallar la huelga; pero ¡bueno!, esas son las cosas que en papel se ven bien bonitas, y en la ley quedan muy rimbombantes, pero que en los hechos no son prácticas; es un gasto de recursos y desgaste de ánimos, sin sentido.

Sé que el espíritu de la reforma del 2019 es evitar que los líderes sindicales sean “maiceados” por las empresas, y acepten condiciones “paupérrimas” para el resto de los trabajadores. Por eso los convenios ahora deben ser votados por la base, aunque eso lleve mucho tiempo. En los hechos, la reforma le quita un factor real de poder al trabajador, que es la presión que se ejerce al patrón con la amenaza de estallar una huelga.

Como en todos los casos, aunque no se estalle la huelga, sabemos que no todo mundo queda conforme. Siempre hay quienes opinan que “se podía lograr más si no se cedía”. Como representante sindical de sobrecargos que fui, a mí me tocaron muchas revisiones de contrato, y puedo decir que es como sacarte la rifa del tigre, y al final quedas como el cuetero, mal con todo mundo.

Sin embargo, desde este espacio felicito y reconozco el arduo trabajo encabezado por ASPA, así como la madurez de sus pilotos: mujeres y hombres profesionales de aviación, que merecen todo nuestro respeto.

Extiendo la felicitación a la empresa, por privilegiar siempre el diálogo, pues hablando se entiende la gente, y la verdad que el escenario de una huelga, aunque es el derecho del trabajador a estallarla para presionar, a veces es un arma de doble filo, y hay que tener muy afinado el pulso para saber cuándo sí es necesario y cuándo no.

Aeroméxico por su parte también emitió un comunicado al respecto, resaltando que sus pilotos son los mejores de la industria y que son los que mejores condiciones laborales tienen dentro del sector aeronáutico.

Permítaseme un paréntesis: ojalá y un día se pueda tener un gran sindicato -no gremial, sino de industria- que aglutine a todos los trabajadores del sector aéreo. Hace muchos años se habló de esa posibilidad, pero los egos y las propias agendas han impedido ese sueño.

Ahora bien, voy a contarles que por invitación de Aeroméxico, acudí a un taller de “Sostenibilidad en la industria aeronáutica”. Fue impartido por Karen Farías Cruzado, ESG (Enviromental, Social & Governance) de Aeroméxico, quien tiene una trayectoria de más de 15 años como especialista en responsabilidad social corporativa y es especialista en sostenibilidad.

 

De su exposición queda claro que muchas veces, cuando se habla de los retos de la industria aérea, se tiene la creencia de que es una de las que generan mayor contaminación, y como lo hemos visto en varias columnas en este espacio, eso es falso.

La aviación solamente genera el 2% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En el primer lugar se encuentra la fabricación de combustibles ya sea petróleo, gas o carbón, en segundo lugar están las cementeras, en tercero la industria acerera, seguido por la industria textil e incluso la agricultura y ganadería; este tipo de industrias son las que más generan contaminación.

Para la aviación, a pesar de ser una de las que menos contamina, existen fuertes compromisos por parte de todos los países miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). La meta es muy clara: llegar al 2050 con una aviación cero emisiones de carbono.

Por su parte, en Aeroméxico están muy interesados en saber qué puntos se pueden enfocar para lograr un desarrollo sostenible, y han identificado tres vertientes: la parte ambiental, que es la principal, así como la social y la económica.

En este espacio he hablado de la importancia de las políticas que permiten a las empresas de aviación ser realmente sostenibles y amigables con el medio ambiente, y que van mucho más allá del green washing que hacen otras industrias.

Y es que para las aerolíneas, los efectos del cambio climático son fatales, pues tienen que lidiar con fenómenos meteorológicos que no tienen palabra de honor, y que causan estragos, no solo en la operación, sino que generan serias pérdidas cuando se tienen que demorar o cancelar vuelos.

Por eso el interés de las aerolíneas para contribuir al combate contra el cambio climático es tan grande. Durante varios años, Aeroméxico ha trabajado en crear una hoja de ruta en conjunto con el resto de los actores de la industria, con la finalidad de tener políticas que mitiguen el cambio climático, así como ir utilizando cada vez más combustibles sostenibles (SAF por sus siglas en inglés).

Una de las principales contribuciones que Aeroméxico realiza para el combate al cambio climático, es tener flotas nuevas, ya que los nuevos equipos además de ser más eficientes, ahorran combustible, entre un 17% hasta un 20% aproximadamente.

No sólo eso, además tienen vuelos en los que usan SAF, bajo su programa “Vuelos Verdes”, y cuando adquieres un boleto de avión, como usuario puedes ver cuál es la huella de carbono de tu vuelo, ya que hacen un monitoreo de las emisiones de gases de efecto invernadero por el uso del combustible.

Lo que más me gusta -y tengo que decirlo- es la transparencia con la que se maneja Aeroméxico, pues es público y podemos leer el informe completo de sostenibilidad del 2023. Son 110 hojas, y la verdad que el contenido es “la mar” de interesante; cualquiera que tenga interés en temas ecológicos lo puede consultar.

En el taller se mencionó que Aeroméxico no solamente se encuentra trabajando en el factor empresarial, también está la parte de responsabilidad social, así como el impacto económico, porque hay que invertirle mucho dinero para lograr los objetivos del “Fly Net Zero”, aprobado en la 77ª Asamblea General Anual de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), en la ciudad de Boston, el pasado octubre del 2021.

Sin duda un gran taller donde mostraron cuáles son los pasos que están llevando a cabo, y cómo los que estamos en los medios podemos hablar más de estos temas, que son importantísimos para la industria aeronáutica.

Porque créanlo o no, todavía hay mucho desconocimiento sobre el sector aéreo, y eso lo pude constatar en el desarrollo del taller; lo que sí debe quedar claro, es que es a la aviación y a sus actores a quienes más les interesa que la mitigación del Co2 a la atmosfera sea una realidad.

 

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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias

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