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Becas Benito Juárez reducen deserción en Puebla, pero son insuficientes: Coneval
El programa Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez logró reducir en Puebla menos de 2 por ciento la deserción escolar, sin embargo, es insuficiente; se requiere de tutorías o acompañamiento personalizado en las escuelas para quienes tienen más dificultades de aprendizaje, revela un informe presentado este martes por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Para elaborar la “Evaluación del Impacto del Programa de Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez” el Coneval tomó en cuenta escuelas de Chiapas, Estado de México, San Luis Potosí y Puebla.
Particularmente en Puebla la evaluación se centró en las comunidades San Andrés Azumiatla de la ciudad de Puebla; en los municipios Cuetzalan, Ixtepec y Vicente Guerrero, donde los 875 pesos mensuales que recibieron los beneficiarios en 2023 fueron insuficientes para tener la educación de calidad que dice buscar el programa.
La evaluación encontró que retos en la operación del programa, como falta de sucursales del Banco del Bienestar, las distancias largas que deben recorrer los beneficiarios para cobrar la beca, retrasos en las transferencias, la limitada educación financiera y tecnológica, la falta de internet en las localidades y las barreras de accesibilidad para personas que no pueden entender o leer el español.
Las familias beneficiarias dijeron utilizar el dinero de las becas principalmente para cubrir los gastos educativos de los menores de edad; sin embargo, no alcanza para mejorar las condiciones de estudio en casa o atender carencias como la falta de transporte, la infraestructura escolar y la falta de escuelas en las comunidades lejanas.
“Perdí mi tarjeta, voy al banco de cobro, no me quieren pagar. Entonces tengo que ir a otras oficinas, es un relajo para mí y me he comunicado […] no me han dado resultados. Y hay mucha gente que honestamente no sabe llegar, entonces pagaban, hacían viajes, había carros que se alquilaban para que fueran las señoras por su tarjeta […] Eso pues yo creo que no está bien”, dijeron personas entrevistadas en el estado de Puebla.
Otra madre de familia de Puebla camina con su niño cinco horas diarias, contando su trayecto de ida y vuelta, para dejarlo en la primaria porque no lo aceptaron en una más cercana. En temporada de lluvias, el camino se vuelve peligroso por los encharcamientos y deslaves, de tal forma que el niño no asiste a clases.
“Como vivo retirado y no tengo luz, los tengo que adelantar [a los niños]. Yo salgo a las 6:30, acá llego a las 8:00, a veces 8:10 […] No se rinde [el niño], a veces venimos caminando y me dice, ‘mami, no me rindo’ […] Pero sí se cansa. Lo tengo que despertar a las 5:30 para el desayuno”.
“Yo vivo lejos, en aquel cerro. No tenemos ni luz. Tengo un pequeño panel y con eso hago funcionar algunas cosas, pero no tenemos celular. En lo del Covid, me tuve que prestar de la vecina o mandaba a mi hijo con sus primos para que pasara sus clases”.
Las becas Benito Juárez están dirigidas a las familias con menores de edad inscritos en escuelas prioritarias de educación básica que no reciben alguna beca federal similar, independientemente de sus ingresos, por lo que “constituyen una estrategia para mantener los estudiantes en la educación básica, pero es necesario implementar otro tipo de intervenciones, como tutorías o acompañamiento personalizado en las escuelas para quienes están teniendo más dificultades de aprendizaje”.
Muchas de las madres señalaron que sólo se dedicaban al cuidado del hogar, pero durante las entrevistas y grupos focales mencionaron participar en la agricultura, el lavado de ropa o la elaboración y venta de bordados y artesanías.
Además, 13 de las 99 familias que proporcionaron información socioeconómica de sus hogares no cuentan con el apoyo del padre; las madres solventan por su cuenta los gastos y se encargan del cuidado del hogar.
El Coneval recomendó complementar la beca con apoyos adicionales para manutención, así como considerar la implementación de programas de transporte escolar en zonas donde los planteles se encuentran muy lejanos de donde viven los beneficiarios.
Los resultados de la evaluación detectaron en escuelas primarias una disminución de 0.48 por ciento en la tasa de abandono en el primer ciclo escolar y una disminución de 0.11 por ciento en el rezago en el tercer ciclo. En secundaria la disminución en el primer año del abandono escolar y reprobación es de 1.89 y 1.59 por ciento.
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Foto: Especial
ivg