En la Catedral de Puebla, el  monseñor Francisco Javier Martínez Castillo pidió por las víctimas de la masacre en Chicomuselo, Chiapas, el pasado 13 de mayo, en donde murieron miembros de la Iglesia Católica.

Durante la misa del Domingo de Pentecostés, Martínez Castillo ofreció la celebración eucarística por los miembros Isidra, Rosalinda, Alfonso, Teresita de Jésus, Yohari Belén, y Dolores.

También pidió por el eterno descanso del empresario Carlos Narváez Romero, asesinado en la colonia Anáhuac el 13 de mayo, Ciudad de México, vinculado con el Grupo Tabasco.

Durante su mensaje, pidió a los fieles encomendarse al Espíritu Santo ante las divisiones políticas e ideológicas que se están generando en el país y en el estado debido a la temporada electoral.

“El Espíritu Santo puede regenerar el mundo fragmentado y herido por tantas luchas, puede guiarnos a pesar de las divisiones como la polarización ideológica y política”, asentó.