Trabajadores de la empresa Cormaplast, que se dedica a la fabricación de autopartes de plástico para la industria automotriz, se manifestaron y cerraron la autopista México-Puebla, a la altura del Outlet, por un presunto abuso de autoridad cometido por la Fiscalía General del Estado de Puebla.

El lunes representantes de Faurecia tomaron Cormaplast, proveedora de Audi y Volkswagen, e impidieron la entrada y salida de trabajadores.

Pablo Canales, apoderado de Cormaplast, dijo que la dependencia favorece a los directivos de Faurecia, con quienes tiene un proceso legal por el delito de extorsión. Faurecia pertenece a Grupo Forvia, multinacional francesa del sector automotriz.

En una de sus lonas exigían “basta de corrupción y tráfico de influencias de Faurecia con el fiscal general. Justicia” y aseguraron que la empresa corre peligro de quiebra por presiones de trasnacionales lo que dejaría a cuando menos 400 familias sin trabajo.

Los inconformes exigieron la intervención del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina para que los agentes de la fiscalía salgan de Cormaplast.

El Grupo Forvia, propietario de Faurecia, planteó este martes 27 de febrero que las acusaciones de Cormaplast son falsas: “en Forvia nos regimos por estrictos códigos de ética, por lo que en ningún momento hubo un mal actuar de nuestra parte en relación con dicha empresa (…) nuestra relación con este proveedor se estableció desde hace varios años, sin embargo, debido a algunas diferencias, el Grupo tomó la decisión de finalizar la relación comercial siguiendo los procesos legales correspondientes”.

Dijo que “Cormaplast se ha negado a entregar piezas y a devolver herramientas, que no son de su propiedad, y necesarias para llevar a cabo la operación de nuestros clientes y para garantizar que podamos brindarles el soporte adecuado”.

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