Puebla, Pue.- Después de que Gerardo N., diácono que fue acusado de abusar sexualmente de un monaguillo menor de edad en la iglesia de Aquixtla, Puebla, fue liberado tras conseguir un amparo, este día la Red Plural de Mujeres y la madre del niño afectado, exigen justicia.

Lo anterior sucedió hace un par de años cuando fue detenido el párroco y vinculado a proceso por el delito de violación equiparada en grado de tentativa.

La defensa del sacerdote promovió un amparo para obtener su libertad, el cual les fue concedido y este lunes 17 de julio de 2023 familiares del menor confirmaron su liberación.

A raíz de esta situación, la Red Plural de Mujeres y la madre del niño afectado, llevaron a cabo una rueda de prensa este martes donde exigen a las autoridades, al Tribunal Superior de Justicia (TSJ), al Consejo de la Judicatura y a la Arquidiócesis de Puebla, para que tomen cartas en el asunto, que analicen la liberación de Gerardo N, por ser un peligro para la sociedad y que les brinden medidas precautorias.

La mamá del menor afectado afirmó que el juez, Aarón Hernández Chino, concedió un amparo, por lo que dejaron en libertad al sacerdote que violó de su hijo, a pesar que en el 2021 fue vinculado a proceso por el delito de violación equiparada en grado de tentativa y llevado a prisión. La madre informó que dicho juez ha liberado a seis violadores de niños, por lo que pidió al TSJ, revisar su actuar.

Reconoció que los últimos dos años han sido complicados, “¡un infierno!”, es más relató que durante las audiencias la han sentado junto al violador de su hijo, la han revictimizado, “y las autoridades me dijeron que tenían miedo que ella le hiciera daño, por lo que revisaron mis pertenencias para ver si no llevaba un arma”.

“Estoy asustada, estoy enojada, estoy rota, son muchísimas cosas las que hoy indignan a esta familia (…) es un infierno, hemos cambiado de jueces, de ministerios públicos, hasta de gobernador del estado, es muy desgastante”, expresó.

Finalmente señaló que fue a la edad de los siete años cuando ocurrió el hecho y su hijo era alegre, soñador, inocente y confiado, “hoy en día, con nueve años, todo cambió. Vive con miedo, ya no permite que nadie lo abrace, tiene miedo de que alguien le tome fotografías y le cuesta confiar en las personas. Su madre teme que, con la liberación, su recuperación emocional se complique”.

“Está mal porque cada vez que hay un cambio tiene que presentarse a declarar. Ha tenido bastante ayuda psicológica, cambios de escuelas, cambios de casas, lo hemos ayudado de todas las formas, pero esto no se cura, esta carrera aun es larga y está consiente que es un héroe y que al decir la verdad pudo salvar a más niños, pero desgraciadamente las autoridades no le pudieron hacer justicia”, concluyó la madre.

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