Jonotla posee uno de los miradores naturales más espectaculares de la Sierra Norte, desde donde apreciarás la belleza de sus ríos, cascadas, municipios vecinos y vivir una experiencia increíble. 

 

Su ubicación en plena naturaleza lo hace un destino ideal para todo tipo de actividades, como nadar en el río Apulco o adentrarse en la exploración de la Cueva del Pato. 

 

 

Desde el Tequezquitla pudimos observar el descenso de la niebla que nos invitó a probar un delicioso cafecito con un pedaco de pan con miel, productos característicos de la región.

 

El lugar dispone de varios ecotours de entre los cuales puedes elegir el que más se te antoje.

 

Nosotras elegimos la ruta hacia Ecatlán, un pueblo totonaco, situado a 25 minutos de Jonotla. Fue una gran experiencia adentrarse a la maleza del bosque tropical,  y descender hasta el antiguo puente San Miguel que, en medio de los cerros, une a Jonotla con Cuetzalan.

 

Llegamos a la Poza del Ocho, una alberca natural que se forma al paso del río Tozán. En medio de este escenario montañoso, el afluente del agua nos bañó de paz, tranquilidad.

 

Una larga caminata emprendimos para regresar, terminando el día de vuelta en Ecatlán, donde pudimos platicar con los campesinos que cultivan café, canela y pimienta, quienes nos ofrecieron la miel tan característica de esta región. 

 

Después, caminamos hasta una cueva tapada por una cortina hecha por lianas y enredaderas. Ahí, sumidos en total oscuridad, dentro de las grutas casi vírgenes, permanecimos un rato iluminando las estalactitas y estalagmitas.

 

 

 

No olvides visitar el pueblo, comenzando por el templo de San Juan Bautista, que tiene la peculiaridad de contar con una torre exenta. En nuestra caminata por las callejuelas, descubrimos los vestigios de un convento franciscano, el Callejón del Beso y unos pintorescos rincones que quedaron en la memoria.

 

La visita al Santuario del Peñón es obligada. Subimos al templo construido en la peña donde, según los creyentes, se apareció la Virgen de Guadalupe. La imagen se puede ver en la ladera que hoy es la pared del santuario al que llegan miles de indígenas a rendirle culto cada 22 de octubre. 

 

En este lugar, antiguamente adoraban a Tepeyolotli, el corazón del monte, está el mirador Tonacatecutl, que se encuentra tras una larga escalinata y cruzar el puente colgante de Las dos culturas.

 

Disfruta y cuatívate con la grandeza de la Sierra Madre Oriental qen este pueblo multicultural donde el respeto y cuidado a la naturaleza es una costumbre sagrada.

 

La visita a la pequeña aldea nahua enriqueció nuestra experiencia. En esta comunidad de artesanos vimos cómo se trabaja la fibra del jonote, árbol que da nombre al municipio poblano.

 

Tan curioso como fantástico es este local, ubicado frente a la casona, que guarda una increíble colección de raíces; se venden máscaras de equimite y troncos con formas animales.

 

Para llegar puedes ir hacia el municipio de Zacapoaxtla y kilómetros adelante estés al pendiente de la desviación hacia Equimita, una vez tomada esta desviación, a 20 minutos, podrás ver a lo lejos su famoso Peñón y las desviaciones hacia sus bellísimas cascadas.

 

Foto: Twiiter

LSM