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Adiós Javier

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Para Lupita y Sari en estos momentos de dolor

Esta es quizá una de mis columnas más difíciles de escribir, tal vez porque nunca pensé que este momento iba a llegar, nadie está preparado para esto. Javier López Díaz, marcó mi vida.

Eran aproximadamente las 14:25 minutos, cuando mi jefe Pepe Hanan, me comentó.

– Bro, checa, me están diciendo que murió Javier
– ¿Qué Javier? Le respondí.
– Javier López Díaz.
– No manches broo, como crees, es una payasada.

Nuestro amigo en común Pepe Zenteno fue testigo de este diálogo.

Todavía uno de los mejores encuestadores de Puebla, alcanzó a decir.

– Será mejor que corroboren amigos, no vayan a subir nada, hasta que no esté confirmado. Dicho lo anterior pasó a despedirse.

Yo no alcanzaba a entender nada, a partir de ese momento me quede en estado de shock, aunque aún alcance a escribir algunos mensajes, para tratar de corroborar la información que Pepe me había compartido.

A mi mente de inmediato me vino el 24 de diciembre del 2018, cuando por ahí también de las 14:30 horas Pepe Hanan me habló por teléfono para decirme que había un rumor de que Martha Erika Alonso y Rafael habían muerto.

Para esos minutos, mi cabeza ya era un mar de emociones, para mis adentros comencé a pedirle a Dios que no fuera cierta la información que Pepe nuevamente me había compartido, pero a los 10 minutos una muy buena fuente me corroboró la infausta noticia y aun así me negaba a creerla.

Le pedí a Pepe corroborar con una de sus fuentes y sus palabras hicieron que me derrumbara. – Es verdad Pepe, Javier López Díaz murió de un infarto fulminante.

Ya no pude más, los recuerdos se arremolinaron en mi mente para dar paso al remordimiento, mi orgullo, mi maldito orgullo, me impidió volver a platicar con quien fue mi amigo, mi maestro, mi padrino de graduación y también de bodas.

Tenía más de seis años de no haber vuelto a cruzar palabra con él, que no fueran los tradicionales saludos de hola Javier y hasta ahí.

La última vez que lo vi, fui en la tradicional comida que el gobernador Barbosa realizaba en su tierra, Tehuacán, para marcar el inicio, del mole de caderas. Estábamos en la misma mesa, pero solo nos saludamos a lo lejos. El puso su mano en el corazón y movió la cabeza y yo hice lo mismo.

Nunca le dije que él había sido mi maestro en el periodismo radiofónico, por orgullo calle que siempre lo admire, que su figura siempre me impuso y que conocerlo y gozar de su amistad, fue algo de lo mejor que me paso en mi vida.

La serie de Mis Treintas, la cual aún no concluye, narra una muy buena parte de la historia entre el que a partir de hoy ya es leyenda y quien esto escribe.

Por él aprendí hacer radio, por él conocí a mi esposa, mi amada Claudia, quien fue su asistente de producción, él me enseñó hacer radio y vi con mucho escepticismo nacer su red, la cual lo proyectaría a ser lo que fue, el número uno de la radio. Su meta siempre fue superar a su maestro, Montero Ponce y lo consiguió.

Yo lo bautice como el “rey del rating” y eso nadie lo puede negar. Fue en una de mis columnas cuando trabajaba en Intolerancia Diario y me invitó a sus tradicionales comidas de aniversario. Su noticiero nació el 1 de diciembre de 1988, nunca lo olvidaré, porque él me platicó que coincidía con el arranque de la administración de Carlos Salina de Gortari. Yo comencé a trabajar con él en 1992 y me despedí en octubre de 1998 para empezar mi propio camino.

En ese andar, tuve el privilegio de ser un hombre muy cercano a él y convivir con personajes, como Fermín García, Flavia Elizabeth Moncada, Laura Hernández, Alejandra Delgadillo Morán, Berenice Sánchez Nava, Yirath Aguilar, Salvador González Jaramillo, Adolfo Flores Fragoso, Antonio Cuéllar Montiel, Liz Lezama, mi gran amigo Silvestre Salazar Aguilar, Sandra Izcoa, Juana Cortazar Iturriaga, Galdys Rabanales Lutman, Angelica Chevalier, Israel Valero, Carlos Hernández Reyes (qepd), Miguel Ángel Alfaro Barragán (qepd), Ana Jacquelin Valerio Venegas, Rafa Téllez, Ismael Bermejo, Fabián Gómez, Raúl Méndez Macías, Oscar de la Vega Torres, Nacho Dávila y muchos más que tal vez escapan a mi memoria.

Asistí a su boda con Lupita Montalbán y compartí el nacimiento del amor de su vida, su Sari, Sara María, su hija, cuya foto descasaba siempre en su escritorio.

Muchas veces bebimos y platicamos, teníamos muchas cosas en común, veníamos de la cultura de esfuerzo.

No necesito caer en la exaltación de las cualidades de Javier como ser humano, en la cual solemos incurrir con las personas cuando estas ya han muerto.

Al igual que pasó con mi padre, quise a Javier porque era imperfecto, como todos los seres humanos, y siempre tuve la impresión de que, para tener su cariño, era mejor que me tuviera lejos que cerca.

No necesito, mi mucho menos, busco el protagonismo, solo sentí que era necesario contar esto, que es parte de mi historia.

Te fuiste como los grandes, en el primer lugar de las preferencias, “rey del rating”. Descansa en paz Javier, un abrazo hasta el infinito.

 

 
 
 
Columna Serpientes y Escaleras de Ricardo Morales en Efecto 10
 
Fotografía Efecto 10
 
clh

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