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Requiem para Trump. Ya perdió, pero no descansará en paz

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El mandatario estadounidense sabe que va a perder

Puebla, Pue.- Ante su muerte política, solo decir ‘¡Qué bueno!’ Hay gente como Trump que cuando desaparecen del escenario público, mejoran la vida de los demás.

Réquiem

“La palabra réquiem es un cultismo que nos llega del latín. Significa ‘música para difuntos’. Requiem es el acusativo de requies, que significa descanso. ... De ahí que esta palabra también se usa para indicar a la misa para los difuntos”, etimologias.dechile.net

“Confutatis maledictis

Flammis acribus addictis” (rechazados, condenados, entregados a las llamas)

“Quantus tremor est futurus, Quando Judex est venturus , Cuncta stricte discussurus!” (Cuán grande ha de ser el terror cuando el juez venga a pedir cuentas de todo rigurosamente), Mozart, bajo el nombre de Réquiem en re menor K.626.

Trump está desesperado. Basta leer sus más recientes tuits; el tono, el mensaje y las horas en que los publica, especialmente el que lanzó el viernes a las tres de su madrugada. Denota a una persona que ha perdido el control de sí mismo, una desesperanza que solo busca ocultar el anuncio de su inminente derrota.

Existe un término en inglés para describirlo: “dead man walking”. El muerto viviente o, literalmente, el muerto que camina, y se refiere a quienes sabiéndose muertos continúan caminando por inercia, más que a cualquier otra cosa porque es a lo que estaban acostumbrados. En este caso, al que continua fastidiando a sabiendas de que eso es lo único que sabe hacer bien.

Ante este tipo de personas, uno llama a la muerte: “flaca, ya llévatelo por piedad”. Desgraciadamente la huesuda, viendo al individuo, ha preferido dejarlo transitar. Y es que ni ella lo ha querido.

El mandatario estadounidense sabe que va a perder; tiene el conocimiento de ello pero está haciendo todo para conciliar su derrota. Ha ido más allá tratando de descalificar el sistema postal estadounidense, culpando al covid (el mismo que se ha dedicado a minimizar o cuya existencia abiertamente quiso negar); a las elecciones mismas, procurando con ello clamar una victoria adelantada.

Nunca aceptará su derrota y que esta se deberá a su tozudez y diferentes yerros. Será más sencillo culpar a los demás. Desde los demócratas, chinos, rusos, mexicanos hasta los miembros de su propio equipo. Quien sea, menos él.

Trump en su incesante justificación, sigue envenenando a sus conciudadanos. Algo así como los que hace algunos años, sabiéndose infectados y eran cero-positivos, tenían relaciones con más personas y dejaban como nota de despedida: “bienvenido, tienes sida”.

Anunciando que si no le gusta el resultado comicial impugnará el mismo, y lo desconocerá proponiendo continuar sus giras aunque ya las elecciones hayan finalizado. Su propuesta es continuar sembrando odio, división y rencor en todos aquellos quienes quieran escucharle. No solo eso, hará ver que su derrota es propia de quienes en su momento confiaron en él.

Egoísta, deja a su paso demasiados problemas y heridas abiertas. Situaciones que los estadounidenses le permitieron y sobre las habrá un recuento ahora que termine su periodo.

Enemistarse con el mundo entero, abiertamente maltratar a los migrantes, invitar la intromisión rusa en sus elecciones, aumentar el número de partículas tóxicas en la fabricación de todo hasta lo inimaginable, son apenas algunos ejemplos de lo que llevó a cabo y se le toleró.

Hoy que los votantes arriban a una realización y enfrentan los errores, agradecerán que termine su tiempo como presidente. Los estadounidenses respiran con la votación que se viene. Empezando por los republicanos coequiperos del presidente, quienes se vieron apabullados por su peculiar forma de ser. Hipnotizó a muchos, y ahora que todo termina, solo pueden dar gracias de que se romperá su hechizo.

La derrota de Trump será la imagen clara y nítida de ver al asesino irse. Aquel quien vivió la vida que le arrebató a otros.

Y aquellos que más merecen ejercer la venganza contra dicho individuo, lo hacen desde ahora sin aspavientos y sin problemas. La votación así lo permite.

Ante su despedida, su muerte política, solo se puede decir ¡Qué bueno! Hay gente como Trump que cuando desaparecen del escenario público, mejoran la vida de los demás.

 

Columna de Verónica Malo Guzmán en el diario Excelsior

 

agb

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