La madrugada del martes 16 de junio, cuatro sujetos ingresaron a la Taquería La Michoacana, que se ubica en la calle Francisco I. Madero, de la Junta Auxiliar de San Pablo Xochimehuacan.

Los desconocidos sacaron armas de fuego para amagar a los empleados, además de a Christopher Ramírez Serafín, de 19 años de edad, estudiante de Odontología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien era hijo del dueño, pero ayudaba a su padre para sacar adelante el negocio.

Uno de los delincuentes que al parecer iba drogado le disparó al tórax de Christopher, provocándole una muerte instantánea, para luego salir corriendo, llevándose las pocas ganancias del día.

El asesinato del estudiante de la BUAP no ocupó los principales titulares de las páginas de policía de los medios de comunicación electrónicos, ante los problemas de contagios por Covid-19 e incluso la visita del presidente de República, que ocurrió el miércoles 17; sin embargo, se ubica en la lista de estudiantes universitarios como consecuencia de la inseguridad que se vive en Puebla.

La muerte violenta de Christopher se une a los asesinatos de Ximena, José Antonio y Francisco, los tres estudiantes de medicina, dos por la Universidad Popular Autónoma de Puebla y otro más de la BUAP, ocurridos el 24 de febrero pasado.

Los familiares de este joven, víctima de la delincuencia, lo mismo que los familiares de los tres estudiantes de medicina, de un caso que aún no se aclara, demandan que sean esclarecidos en su totalidad y que los verdaderos criminales sean detenidos.

Nos vemos cuando nos veamos.

Columna Porque los muertos corren rápido, de Alfonso Ponce de León

Intolerancia

Foto: Archivoe

cdch