Puebla, Pue.- Todavía no se conocía la idea de convertir a la junta auxiliar de San Miguel Canoa en municipio cuando ya está era considerada como de alta incidencia delictiva.

No tiene mucho tiempo que una queja de malos tratos llegó al despacho del encargado de la Fiscalía General del Estado, Gilberto Higuera Bernal.

La queja consistía en los malos tratos en que había incurrido la Fiscalía General del Estado a una familia que había sido víctima de un robo a casa habitación en esta junta auxiliar.

Los delincuentes sometieron a la familia, por varias horas se mantuvieron en el interior de su casa buscando encontrar cosas de valor hasta que finalmente decidieron retirarse y dejarlos en paz.

Luego esta familia tuvo que esperar más de 5 horas para que pudiera ser atendida y recibida su denuncia.

El caso es que el miedo que sufre esta familia ha sido la constante en la junta auxiliar de San Miguel Canoa, aunados los robos entre usuarios del transporte público, los atracos a transeúntes, además del robo de autopartes.

Una de las consecuencias del alto índice delictivo es que en esta zona opera un grupo delictivo dedicado a la distribución de drogas en todo el Oriente de la ciudad de Puebla.

Se trata de Jonathan Daniel H. A quién se le conoce como El Chango, sujeto con antecedentes penales por narcomenudeo, que además comanda una banda dedicada a los asaltos y la venta de drogas.

Recientemente la Secretaría de Seguridad Ciudadana presentó a dos detenidos, a Juan de 21 años de edad apodado El Avión y a Brisa de la misma edad, a quienes les encontraron 32 dosis de droga de cristal piedra, heroína y cocaína, que se dedicaban a vender a los viciosos de la zona y a quienes llegaban de visita.

Estos dos sujetos son parte de la organización delictiva comandada por el sujeto de apodo El Chango, lo mismo que Eduardo y Lineth, detenidos en la colonia Clavijero cuando iban a bordo de un vehículo portando un arma de fuego.

En este espacio le comenté que nuestro personaje había salido huyendo del Mercado Unión, donde creó su organización de vendedores de droga, y se oculta en San Miguel Canoa, donde estaría disfrutando de la protección del presidente auxiliar.

El jefe de este grupo de vendedores de droga usa silla de ruedas, pero eso no le impide ser el cerebro de toda la organización dedicada al robo a mano armada y al narcomenudeo.

Nos vemos cuando nos veamos.

Columna Porque los muertos corren rápido, de Alfonso Ponce de León

Intolerancia

Foto: Archivoe

cdch