• Texmelucan

Sin pruebas, poblano lleva 20 meses preso en Chiapas

David N. está acusado de robo de artesanías en la feria de Tuxtla Gutiérrez. .

Cintalapa, Chis.- Sin pruebas contundentes, más que el señalamiento de un menor de edad realizado ante policías municipales, David N., vecino de Santa María Texmelucan, en el municipio de Tlahuapan, Puebla, se encuentra preso desde hace casi dos años en el penal de máxima seguridad de El Amate, acusado de participar en un robo de artesanías ocurrido en la Feria de Tuxtla Gutiérrez en diciembre de 2013.

Con apenas 18 años cumplidos, David salió de su casa en busca de trabajo hacia el estado de Veracruz, en donde estuvo laborando durante aproximadamente dos años en empleos ocasionales hasta que en 2013 pidió trabajo en “Atracciones Roca”, una de las empresas más grandes del país dedicada a la instalación de juegos mecánicos en ferias patronales. Allí, comenzó su aventura.

Después de pasar por varios municipios veracruzanos, los juegos fueron llevados hacia Tabasco y emprendió un recorrido por el sureste de México hasta llegar a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, para instalarse en la Feria de La Chacona, que se realiza desde finales de noviembre y hasta la primer quincena de diciembre, en el marco de las festividades a la Virgen de Guadalupe.

Faltaba una semana para que concluyera su estancia en la capital de Chiapas, cuando una mañana de diciembre David N. salió de su casa de campaña -donde descansaba junto con su concubina de nombre Carmen N. quien contaba con algunos meses de embarazo-, y observó que había varias personas y policías en el área, pero se volvió a meter. Unos minutos después, salió la joven e inmediatamente se le acercó un grupo de uniformados que le preguntó por su pareja, pidiéndole que saliera.

¿Qué hiciste?, le cuestionó ella a David.

Nada ¿por qué?, respondió extrañado.

Te buscan unos policías, dicen que salgas, externó preocupada la mujer.

En el acto, David salió de nuevo de la casa de campaña y se topó de frente con los policías.

Estamos haciendo una investigación y necesitamos que nos acompañe, le dijo uno de ellos.

Sí cómo no. El que nada debe, nada teme, respondió él y se dejó guiar.

Los guardias lo condujeron hasta una patrulla en la que estaban detenidos tres adultos y un menor de edad que se encontraba sentado en la cabina del vehículo. Al llegar, los oficiales le preguntaron al jovencito:

¿Éste es?

Sí, es él, afirmó el muchacho.

Inmediatamente, los policías subieron a la patrulla a David para llevarlo al Ministerio Público, sin informarle de lo que estaba acusado.

Al parecer, los uniformados buscaban a un sujeto que huyó del lugar y que había participado en el robo de artesanías, junto con el menor, su padre y madre, así como un cómplice.

A partir de entonces, David tuvo que enfrentar el cargo de robo, asistido por una abogada de oficio que poco o nada pudo hacer para impedir que fuera trasladado al Centro de Reinserción Social No. 14 de El Amate, ubicado en el municipio de Cintalapa, cerca de los límites con el estado de Oaxaca.

Desde su ingreso, David fue enviado al área de 72 horas, en la que permanecen los detenidos por cualquier delito, mientras esperan a que sea decidida su situación jurídica. Sin embargo, allí lleva detenido más de 20 meses.

En un inmueble de dos pisos de aproximado de 15 metros cuadrados de superficie, en el que habitan más de un centenar de reclusos en celdas compartidas ubicadas en forma de media luna y un pequeño pasillo de dos metros, David se las ha tenido que ingeniar para comer, dormir y de vez en cuando tener los artículos necesarios.

David se acerca a ofrecer boletos para la rifa de dos cuadros de arte en aerosol hechos por otros reclusos, mientras apunta los datos del comprador, uno de los presentes lo presenta con el reportero que ha llegado desde la ciudad de Puebla a realizar la investigación de otro caso.

Él es poblano, ya lleva mucho tiempo, refiere el acompañante.

Sonrojado, David escucha atento que el visitante acaba de llegar de la ciudad de Puebla e inmediatamente se siente familiarizado.

De entrada, el reportero cuestiona el por qué está detenido, desde cuándo y si sus familiares saben que está allí. El joven de 23 años cumplidos, responde sin titubeos a las dos primeras preguntas, pero se detiene a explicar que hace varios meses –tantos que ya hasta la cuenta ha perdido- perdió los teléfonos de sus padres y no ha podido comunicarse con ellos. “Ellos saben que estoy acá, hablé con mi papá como unas tres… no, unas cuatro o cinco veces, desde que me detuvieron, pero hace unos meses hubo un conflicto aquí y tuve que salir corriendo y no pude ni sacar mis cosas. Desde entonces ya no les he hablado. Tampoco sé de ellos”.

Sus padres, que son de muy escasos recursos, tampoco han podido acudir a verlo y mucho menos contratar un abogado para dar seguimiento al caso.

Sobre su pareja, David narra que acudió a verlo dos o tres ocasiones al Amate y declaró a su favor en una ocasión ante el juez, pero después ya no volvió. Asimismo, mantuvo comunicación con ella vía telefónica unas dos veces y después ya no contestó el teléfono.

David explica que su expediente es el número 304/2013 y que hace unos meses el caso fue asignado a otro abogado de oficio con quien está en comunicación constante porque debido a su trabajo de mensajero entre una y otra área del penal, tiene que pasar por el área de juzgados.

“Lo que pasa es que en los careos, el menor que me señaló –el que dijo: ‘sí, ese es’- dijo que me conocía desde una semana antes del robo y que incluso había ido, yo, a desayunar con sus papás a su local. Ese es el único señalamiento en mi contra”, aclara.

Interrogado sobre las pruebas que lo incriminan, reitera que sólo es el señalamiento del menor, por lo que solicitó a la primera abogada que le mostraran los videos de la feria en donde se observa lo ocurrido aquella mañana, pero nunca se los dieron. “Ya le pregunté al abogado y me dice que como ya pasó mucho tiempo, que ya no me los van a dar. Ahora sólo estoy esperando la sentencia”.

De los cinco detenidos en la Feria de La Chacona, el muchacho que lo culpó de haberle entregado la mercancía, quedó libre por ser menor de edad, sin embargo, sus padres que también fueron detenidos en el acto, ya fueron sentenciados a 4 años y 6 meses de prisión, por lo que se encuentran en la “población” del mismo penal. El otro de los detenidos, sigue al igual que David en el área de 72 horas, sin que hasta el momento sepan si su caso ha tenido algún avance o no.

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