Chietla, Pue.- Por más de 400 años Ahuehuetzingo ha realizado la Fiesta de las Viudas, una serie de eventos que mezclan fe y respeto por la mujer que se queda sin el respaldo de su esposo.

En el marco de la celebración de la Virgen de la Asunción, en la zona de Chielta, cada año se escoge a quien tras ver morir a su pareja acompañará a la patrona en sus festejos.

Este año la viuda mayordoma principal es Eudocia Rosales Blancas, que hace unos meses perdió a su esposo. Su mandato durará dos días.

El 15 de agosto ella danzará por las calles para encontrarse con el presidente municipal, con quien versará en náhuatl, para después darle el bastón de mando.

Para Eudocia es un honor representar a las viudas, ya que con ello se muestra su fuerza, honorabilidad y respeto.

Se acostumbra que la viuda invite a comer a todos los pobladores y turistas que lleguen a la fiesta. Para este 2014 se calcula que junto con sus dos vocales, Eudocia tendrá que dar alimentos a más de mil personas.

La tradición llegó con los franciscanos y agustinos, quienes creían en en el suplicio y sufrimiento de la virgen al perder a su pareja San José, y a su hijo Jesús.

La tierra de las viudas

El párroco de Ahuehuetzingo, Odilón Franco Sánchez, estima que el 40 por ciento de las mujeres de la comunidad son viudas, de ahí la importancia de la celebración.
 
Aunque haber quedado solas es motivo de tristeza, el 15 y 16 de agosto la población se junta alrededor de la comida y el baile que se organiza para ellas.

Precisamente el último día se oficia una misa durante la mañana a la que ninguna mujer quiere llegar, y es que existe la creencia de que la primera en hacerlo perderá a su marido en el transcurso del año.