Huauchinango, Pue.- El director del Cereso de Huauchinango, Miguel Hernández Chino, aseguró que en año y medio de gestión ha hecho lo que “ninguno en 10 años” y refutó las acusaciones de corrupción y de prostitución hechas por algunos internos argumentando que “nada puede pasar sin que quede registrado” en las cámaras de vigilancia o en documentos.

Pese a ello, admitió que desde hace un año, el Centro de Reinserción Social (Cereso) carece de médico, pero asignó la responsabilidad de la falta de este profesional a que “no fue contratado por el ayuntamiento” a pesar de que él informó oportunamente sobre la renuncia de Eduardo Tlacael Carreño Gayosso.

Luego mostró un convenio para prevenir la tuberculosis que signarán con la Jurisdicción Sanitaria número Uno y refirió que ese mismo documento de fecha 14 de enero de 2014, sirve para la atención de los reos que en caso de gravedad son trasladados con “todo el protocolo de seguridad” al Hospital General. 

Hernández Chino también reconoció que María del Pilar Garrido Castro ex trabajadora social del penal renunció a su cargo, entre otras causas, por irregularidades en su desempeño, aunque no quiso abundar en la información y dijo que “será juzgada por Dios”.

Sin embargo descartó los señalamientos realizados por los internos “porque tengo obligación de saber qué pasa en cada área” y refirió que algunos de ellos le dijeron que no firmaron la denuncia entregada a este medio de comunicación y que la misma les fue “falsificada”.

Aceptó que varios empleados del penal participaron en el pasado proceso electoral, realizando actividades proselitistas o como funcionarios del IEE. “Lo hicieron con licencia y yo no los contraté. Cuando llegué en sustitución del licenciado Odilón Gutiérrez, el personal ya estaba y con ellos tuve que trabajar”, se defendió.

El director, permitió el ingreso de este medio de comunicación a algunas áreas del penal de Huauchinango que, según sus datos, no ha rebasado la población para la que fue construido y aunque dio a conocer el número de internos pidió se omitiera de la información por “motivos de seguridad”.

El funcionario indicó que durante las 18 meses de su administración echó a andar el taller de costura en el que con máquinas Over laboran cerca de 10 internos y mejoró las condiciones de la pequeña fábrica de balones que sólo en el mes de diciembre elaboró 46 mil pelotas para una cadena de tiendas de compromiso, con la mano de obra de 120 personas.

Sin embargo se deslindó de la concesión de los talleres, que aseguró realiza directamente la “Secretaría Técnica de la Dirección General de Centros” en la ciudad de Puebla.

Indicó que los reos maquilan balones de futbol soccer y americano a las empresas Total Sport, Bardel, a partidos políticos y empresas refresqueras, así como textiles con las marcas de procesadoras de jugos.

En el taller de carpintería se elaboran muebles y artesanías, y sólo una mujer participa en esta actividad. Ella “es la única persona del sexo femenino que quiso aprender el oficio”, de las 24 internas del penal.

Los talleres tienen puertas de malla ciclónica aseguradas con candados, sólo uno de ellos porta lentes de para la seguridad industrial, ninguno lleva guantes, “pero es porque ellos lo decidieron así para sentirse cómodos”, ninguno usa uniforme, aunque Hernández Chino aseguró que una empresa cervecera “donó pantalones y camisas para los reos de todo el estado”.