Huauchinango, Pue.- Como un asunto político, consideró el gerente general de Biósfera Ingeniería Ambiental, Rafael Ávila Mejía, el conflicto con el grupo opositor al gasoducto Tuxpan-Atotonilco que construye Gasomex. Calificó a los habitantes de Cuacuila que participan en la resistencia como “rijosos” y los acusó de haber “apedreado la presidencia auxiliar” durante su marcha del sábado 9 de noviembre.

Al tiempo de afirmar que se corre más riesgo con un “tanque de gas estacionario” que con la colocación de la tubería que transportará “sólo 6 mil barriles diarios” de Gas LP desde el Golfo hasta el altiplano del país, dijo que el asunto no se trata de que “sólo ganen los rijosos, sino que gane toda la comunidad”.

Lo anterior, al afirmar que Gasomex no se niega a dialogar con nadie y en la medida de sus posibilidades podría contribuir con alguna obra “pero para la comunidad” porque “no hay dinero”.

Acusó que en la Resistencia Civil hay líderes “intransigentes que están azuzando a la violencia  a los demás pobladores contra la propia autoridad auxiliar”, remarcando que el pasado sábado, durante una marcha sobre las principales calles de Cuacuila hubo quien “apedreo” las instalaciones de la presidencia auxiliar.

Asignó que en el la oposición al ducto hay “entre tres y cuatro personas de Morena” (Movimiento de Regeneración Nacional) que lideran la causa.

Cuestionado sobre la declaración del gerente de supervisión de la obra, Francisco García Mortera, en la que admitió que si hubiera una explosión en el gasoducto “simplemente despareceríamos todos los que estamos aquí. Nos morimos todos. Eso ténganlo por seguro”. Rafael Ávila rechazó la versión del profesional.

En primera instancia manifestó que tuvo una charla con Francisco García en donde éste comentó que “no había dicho eso” y luego Ávila Mejía trató de enmendar: “y si es que lo dijo, debió haber sido porque la gente de Cuacuila lo sacaron de sus casillas”.

Cuestionado sobre los nombres del dueño o dueños de la empresa Gasomex, el gerente de Biósfera Ingeniería Ambiental, respondió que desconoce el dato y abundó que Gasoductos Mexicanos opera sin personal y sin maquinaría, “no tiene ni choferes, todo lo subcontratan y  las empresas que contratan sólo hacen sus reportes”.

Desde el pasado 28 de Octubre, decenas de habitantes de Cuacuila armados con machetes y pancartas pararon las obras de instalación del gasoducto Tuxpan-Atotonilco, propiedad de la empresa Gasomex, y demandan respeto a sus derechos a la consulta previa y a la autodeterminación como pueblo indígena.

Tras la realización de dos asambleas, los indígenas nahuas que habitan la “Tierra del Gusano de Algodón”, ubicada a unos cinco kilómetros de la cabecera municipal, acordaron clausurar los trabajos debido a que consideran que la tubería, que pasa a unos 200 metros de la comunidad, pondrá sus vidas en riesgo.