Huaquechula, Pue.- A unas horas de la anunciada muerte, el pequeño Santiago Domínguez pidió a sus padres y hermanos colocar sus juguetes favoritos en su ofrenda. Además, como todo buen niño los dulces no podían faltar.

El 25 de junio pasado llegó la fecha fatal. Un avanzado cáncer cerró los ojos de este huaquechulence de cinco años de edad.

Desde este jueves la ofrenda número 30 en este municipio donde este año instalaron 35 altares monumentales, quedó abierta para los visitantes.

En el primer nivel de la ofrenda de 17 mil pesos, está la foto sonriente del pequeño. Rodeado de juguetes y dulces. Tal y como quería.

Sólo han transcurrido cuatro meses, la familia cuenta todavía con dolor la historia.

El hermano de Santiago sirve la fría agua de jamaica. Su madre ofrece entrevistas mientras los visitantes quedan sorprendidos por la cantidad de juguetes y dulces.

Las flechas negras indican la ruta a seguir dentro del enorme cuarto donde además de calor, abundan flores y monedas.

En la recta final, es momento de pasar al patio donde queda aún mole poblano con arroz. Los platos afilados esperan turno.

Ellos, ya cumplieron para un mejor descanso del pequeño. La familia recibió al más pequeño de hijos como merece, lo mismos que a los visitantes.

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