Este domingo, Hugo Orlando Gatti, conocido en todo el mundo como “El Loco”, falleció a los 80 años tras un complicado estado de salud. El exarquero de Boca Juniors, uno de los futbolistas más emblemáticos de Argentina, se encontraba internado desde hacía dos meses debido a una fractura de cadera.

Su salud empeoró por una neumonía y problemas renales y cardíacos, que finalmente llevaron a la familia a autorizar el retiro de la asistencia respiratoria, poniendo fin a una vida llena de historia y controversias.

Gatti fue mucho más que un arquero. Su estilo rompió con la tradición del puesto, ya que no solo se destacó bajo los tres palos, sino que introdujo en el fútbol argentino la idea de un portero activo, capaz de salir del área, regatear a los delanteros y participar en la construcción del juego desde el fondo. Su famosa frase: “En el puesto de los bobos, yo soy el más vivo”, reflejaba su visión particular del fútbol y su personalidad desinhibida.

A lo largo de su carrera, Gatti acumuló 765 partidos en la primera división, una cifra que lo posiciona como uno de los arqueros más destacados en la historia del fútbol argentino. Nacido el 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, Buenos Aires, pasó la mayor parte de su vida futbolística defendiendo el arco de Boca Juniors, donde se convirtió en una leyenda. Durante su paso por el club, conquistó varios títulos, incluyendo la Copa Libertadores de 1977 y la Copa Intercontinental de 1978, en una etapa dorada para el Xeneize.

Boca Juniors se despidió de su ídolo con un mensaje a través de sus redes sociales: “¡Hasta siempre, Loco!”. La despedida del club que lo vio brillar no fue la única. Equipos como Gimnasia y Esgrima de La Plata también se unieron al lamento por su fallecimiento, recordando su paso por la institución con cariño y respeto.

El mundo del fútbol argentino también le rindió homenaje. Ubaldo Fillol, su eterno rival en la portería, se despidió del “querido Hugo” con afecto, a pesar de la competencia feroz que mantuvieron en la selección nacional y en los históricos superclásicos entre Boca y River Plate. Ambos representaron estilos distintos de jugar bajo los tres palos, pero su rivalidad fue uno de los elementos más recordados de la época.

Sin embargo, más allá de los títulos y las estadísticas, Gatti fue un personaje único dentro y fuera de la cancha. Su personalidad excéntrica y su manera de vivir el fútbol lo convirtieron en un ícono para los hinchas de Boca Juniors, quienes lo adoraban no solo por su talento, sino también por su actitud irreverente. Su apariencia con el cabello largo, la vincha y sus coloridas vestimentas le daban un toque distintivo que lo hacía fácilmente reconocible.

A pesar de que su carrera futbolística terminó en 1988, Gatti nunca se desligó del fútbol. Después de retirarse, pasó a ser comentarista deportivo, y su presencia en programas como El Chiringuito de Jugones en España le permitió seguir en contacto con el mundo del fútbol, donde no dudaba en opinar con firmeza sobre figuras como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

A medida que sus años avanzaron, la vida personal de Gatti también estuvo marcada por tragedias. En 2024, perdió a su esposa Nacha, con quien compartió más de 50 años, lo que lo afectó profundamente. Aun así, nunca dejó de compartir su perspectiva particular sobre la vida y el fútbol, incluso en sus últimos momentos.

Así, Hugo “El Loco” Gatti deja atrás una marca imborrable en el fútbol sudamericano, siendo recordado tanto por su estilo revolucionario como por su carácter irrepetible. Aunque su presencia física se ha ido, su legado perdurará en los relatos de aquellos que vivieron su época y en los recuerdos de todos los que admiraron su juego.

¿Quieres mantenerte al tanto de todas las noticias hoy en Puebla? ¡Explora más en nuestro portal ahora mismo!

Foto cortesía

xmh