Aproximadamente dos días y medio de gas natural, es con lo que cuenta México y vuelve al país vulnerable ante una posible presión política por parte del presidente Donald Trump.

Durante siete años, Estados Unidos pasó de ser un proveedor irrelevante, a ser el mayor del mundo, y ampliará su capacidad de producción en un 60 por ciento en la primera mitad de la segunda presidencia de Trump, de esta manera para finales de la década, uno de cada tres buques cisterna que transporten este combustible superenfriado, tendrá origen en Estados Unidos.

Por su parte México depende del gas natural estadounidense, tan solo en 2024, el país importó 6 mil 408 millones de pies cúbicos diarios de gas natural estadounidense, su mayor nivel histórico.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) consideró que el país es especialmente vulnerable ante esta situación, ya que más del 60 por ciento de la generación eléctrica depende del gas natural.

Este combustible es esencial para la seguridad energética mexicana, sin embargo, México no cuenta con almacenamiento de este combustible, en el país sólo existen tres tanques de gas natural licuado privados ubicados en las terminales de Altamira, Ensenada y Manzanillo, de acuerdo con el estudio, informó el IMCO.

El gas natural se utiliza en la industria, el sector residencial, el comercio y el transporte. Se trata de un combustible seguro con un gran poder calorífico, cuyas aplicaciones en el ámbito domésticos son la generación de calefacción, agua caliente, climatización, y energía para la cocina y los aparatos domésticos.

Está compuesto principalmente de metano, el cual es más ligero que el aire, por lo que ante una fuga es fácil que el gas natural se disperse hacia el exterior. Al contrario de lo que ocurre con el butano o el propano, que son más pesados que el aire y descienden al suelo.

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LMR