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Revisión contractual de sobrecargos de Aeroméxico

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Los sobrecargos de Aeroméxico están a punto de iniciar una partida contra la empresa, la primera revisión contractual después de 4 años en los que no hubo tal por la pandemia

La frase “El Ajedrez es semejante a la vida” es atribuida a Miguel de Cervantes Saavedra, y le asiste toda la razón. Así, en el mundo sindical no solamente se debe saber mover las piezas adecuadamente. Antes, incluso de fijar una estrategia, y antes de empezar la partida, es importante tener todas las piezas debidamente colocadas en el tablero.

Los sobrecargos de Aeroméxico están a punto de iniciar una partida contra la empresa: una revisión contractual que se diferencia de otras anteriores por diferentes motivos, el más importante, es la primera después de 4 años, en los que no hubo tal, en razón de un convenio de ahorros firmado entre empresa y trabajadores para paliar los estragos de la pandemia de COVID 19.

Sin embargo, hoy en día, en el tablero de ajedrez, vemos que desafortunadamente al sindicato le faltan piezas, ¿cómo llegamos a eso? Acompáñenme a leer esta triste historia.

Supuestamente, en aras de separarse de la anterior representación sindical, la “nueva” secretaria general navega como barco sin rumbo. En enero de este año el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) le negó la toma de nota del grupo III.

Hasta la fecha desconocemos, a ciencia cierta, cuáles fueron los motivos esgrimidos por el CFCRL para negar la toma de nota a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), porque nunca se nos dio a conocer el documento.

Existe un antecedente, pues en 2010 nos negaron la toma de nota, pero en esa ocasión a los sobrecargos agremiados al sindicato se les hizo de su conocimiento de los motivos por los cuales, en aquel entonces el Registro de Asociaciones tomó esa determinación.

El documento fue público y transparente, al grado de que en mi función de secretaria de actas de ASSA, tuve que soportar una serie de injurias espetadas por mis compañeros sobrecargos, que terminaron echándole de su cosecha y achacándome cosas que no habían pasado.

Por ejemplo, no comprendían cómo se integraba un expediente, y no les quedaba claro por qué aunque estuvieron presentes no aparecían las firmas de la comisión observadora. Y es que las actas eran supervisadas en ese entonces por el despacho de Arturo Alcalde Justiniani, y se tenían que repetir varias veces, y la versión final se imprimió cuando los compañeros de la comisión observadora ya se habían reintegrado a la línea, y por tal motivo no firmaron. Fin de la anécdota.

En el caso presente, no tenemos idea de cual fue el argumento del CFCRL que negó la toma de nota a ASSA. A eso debemos de sumarle el vacío que quedó después de unas atropelladas destituciones que se realizaron; y con “atropelladas” quiero decir la cacería de brujas hecha por la actual secretaria general para cortar las cabezas de los incondicionales a la gestión anterior.

Sí, “limpió la casa”, pero dejó acéfalas algunas carteras. Y si eso no fuera poco, también tiene sin resolver la renuncia de la compañera Krizia Piotrowsky, quien estaba al frente de la Secretaría de Previsión Social. Aunado a ello, a esta compañera se le había encargado un “estudio de fatiga”, del que ahora tampoco se sabe absolutamente nada.

En los hechos, tan solo 2/3 partes de la representación tiene toma de nota; y el CFCRL les dijo que para subsanar la negativa lo que tenían que hacer era “reponer el proceso electoral”. Pero la secretaria general, prefirió escudarse en un acuerdo de asamblea, y de manera por demás incomprensible, prefirió manipular una asamblea y conseguir que la mayoría aprobara envolverse en un conflicto judicial (juicio de amparo), que no sabemos cuánto tiempo más lleve en ser resuelto.

La negativa de la toma de nota fue en el mes de enero de este año. Si hubiera optado por reponer el proceso con celeridad, ahora en abril ya tendrían al tercio de la representación que les falta con su debida toma de nota, para tener todas las piezas en su lugar y empezar la partida de ajedrez contra Aeroméxico.

Pero como no fue así, estamos viendo a una representación maltrecha y disminuida, y a eso hay que agregarle una lamentable contradicción de la secretaria general.

Y es que para interponer el juicio de amparo sí pidió la aprobación de la asamblea; pero la ignora olímpicamente, y sin preguntarle al órgano máximo del sindicato, empezó a negociar con la empresa.

Así como lo leen, sin mayor trámite, ella por sus fueros ha decidido sentarse a la mesa, junto con su cuerpo de asesores legales, sin autorización de la asamblea. Así lo informó en un video en vivo, sin la presencia de una comisión revisora, ni de los órganos de legalidad del sindicato.

Pero el coctel se pone todavía más interesante. ASSA tiene una comisión de vigilancia, integrada por tres miembros que deben estar presentes en todas las negociaciones que se tengan con la empresa.

Pero la representación sindical decidió que una de sus integrantes “se vaya de vuelo”. ¿Impericia, negligencia, ignorancia o de plano “plan con maña”? Dada la negativa de la toma de nota, solamente hay dos representantes en la comisión de vigilancia, y con esta decisión solamente queda una persona. De acuerdo con el estatuto sindical, los actos de esa comisión no son válidos en esas condiciones, pues se requieren mínimo dos, al actuar como cuerpo colegiado.

Si esto todavía no se ve color hormiga, la gota que derrama el vaso es el video que subieron el pasado viernes a sus redes sociales, donde solo mencionan el número de cláusulas que están negociando, sin decir exactamente a qué cláusulas se refieren, argumentando que esto es debido a que son “acuerdos de secrecía”.

Yo les creería su choro mareador, si no me hubiera tocado gestionar muchas revisiones de contrato cuando fui representante sindical, y no solo de Mexicana de Aviación, mi empresa, sino también en las mesas con Aeromar, Click, Aeroméxico Travel y por supuesto Aeroméxico.

Tiempos en los que mi sindicato detentaba cinco contratos colectivos de trabajo y estábamos en vías de jalarnos el de las sobrecargos de Aeroméxico Connect. Sé y me consta que antes de entrar a todas esas mesas de negociación, la representación sindical primero convocaba a una asamblea para que nos autorizaran a negociar; era como el banderazo de salida.

Y en esa misma asamblea se conformaba la “Comisión Revisora”, encargada de acompañar, como oyentes y observadores, a la representación sindical a las mesas de negociación.

Generalmente se escogían a muchos compañeros con la finalidad de que en sus días libres acudieran a las mesas de negociación, y lo digo sin empacho porque soy sindicalista: otro criterio para elegirles era que fueran los más “grilleros”, y no necesariamente incondicionales a la representación sindical; al contrario, era preferible que fueran de una fuerza opositora.

Esto con la finalidad de que se dieran cuenta de lo álgidas que se podían poner esas mesas. Además, era obligación de la empresa enseñar sus números (contabilidad) y el Centro de Estudios arrastraba el lápiz para cuantificar las cláusulas; muchas veces en este trabajo se involucraba parte de la comisión revisora que le gustaba hacer números y eran buenos en matemáticas.

Esta comisión revisora debía visitar el área de operaciones de la aerolínea con la que se estuviese teniendo una revisión de contrato y ver las corridas de los vuelos, el nivel de ausentismo, las incapacidades, etc. Una radiografía, en toda la extensión de la palabra.

Hoy nada de eso existe; eso sí, ya nos informaron que este martes habrá un video “en vivo” por el Facebook de la secretaria general para informar de los “avances” en la negociación con Aeroméxico.

Dudo mucho que la secretaria general de ASSA esté viendo el tablero completo. Por un lado está convencida que su estilo de jugar las partidas es innovador, y tan temerario que va a desconcertar a su oponente.

Cree que aun sin todas sus piezas puede ganar. Pero con todos los actos aquí narrados, en su faz puede leerse con letras grandes que está pensando un “sacrificio”, es decir, un movimiento en que entrega una pieza a cambio obtener una ganancia táctica o una compensación posicional de otra forma.

Son preguntas serias, muy serias: con un tablero con falta de piezas, ¿cómo piensa ASSA que su revisión va a ser exitosa?, ¿qué piezas son las que va a sacrificar? A estas alturas mis compañeros sobrecargos ya se debieron haber percatado que más que una partida de ajedrez, esto se parece más a una partida de albures, con baraja.

 

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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias

Foto Aeromexico

clh

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