Puebla, Pue.- Es inminente que ante los efectos en la calidad del agua por la caída de la ceniza del volcán Popocatépetl, en sus recientes exhalaciones, se deben tomar medidas en casa para cuidar la salud de todos, por lo que, los expertos del Área de Saneamiento y Calidad de Agua de Grupo Rotoplas, brindan algunas recomendaciones para continuar en alerta ante esta situación.

Para tener un poco de contexto, la ceniza volcánica está compuesta por pequeños fragmentos de roca, minerales y cristalitos de silica que se producen durante las erupciones explosivas de un volcán. Además, esta materia es abrasiva y puede contener gases con olor a azufre.

Ahora bien, debido a su tamaño tan fino como la arena o el talco, la ceniza fácilmente puede ser llevada por el viento hasta los depósitos que albergan el agua utilizada en el hogar para el uso y consumo humano. Si esto ocurre y entra en contacto con el agua, la calidad de este líquido puede estar en riesgo, ya que las cenizas alteran la composición química y física del agua, lo cual se expresa en cambios en su acidez, sabor, color y turbidez.

Estar en contacto con agua contaminada puede tener impactos en la salud, generando problemas gastrointestinales y respiratorios, así como irritación ocular y en la piel; por esta razón, los expertos de la compañía mexicana recomiendan aumentar las medidas de mantenimiento de los depósitos de este recurso:

Durante esta contingencia, es fundamental asegurarse en todo momento de que los tinacos, cisternas, tambos, cubetas, etc. tengan tapas herméticas que eviten el paso de agentes contaminantes. Además, para un mejor recubrimiento, se pueden colocar telas o plásticos encima de los contenedores con el objetivo de reforzar la protección.

Revisar si las tuberías están funcionando correctamente. En caso de que haya un caudal de agua fuerte, seguramente no habrá problemas de obstrucción; sin embargo, si se observa un flujo más débil de lo normal, es posible que se hayan visto afectadas y será necesario tomar acciones pertinentes.

En caso de contar con captadores pluviales, se debe dejar de utilizarlos, o bien, asegurarse de que el agua recolectada no entre en contacto con la piel y que únicamente se destine a actividades de limpieza de pisos y WC, después de un tratamiento primario para su uso y realizar la limpieza profunda para reanudar su funcionamiento.

En el caso contar con albercas, revisar que no hayan entrado en contacto con cenizas del volcán y es preferible suspender su uso, sobre todo si no se cubrió la superficie o bien retirar el agua definitivamente.

Continuar con las medidas de limpieza y protección de comederos y bebederos de animales, tanto de compañía como de la industria ganadera, ya que también su salud corre importantes riesgos.

Por último, una vez que las condiciones lo permitan, será necesario lavar y desinfectar cualquier objeto que haya sido usado para resguardo del agua, así como cambiar los filtros y el equipo de bombeo de tinacos y cisternas.

“Si se observa que el agua que sale de la llave se ve turbia, ha cambiado de color y sale con burbujas, esto será una señal de que su acidez ha sido modificada por las cenizas volcánicas. Una forma casera para neutralizar su acidez y aprovechar el agua previamente contaminada es utilizar bicarbonato de sodio, vertiendo directamente en el agua 500gr por cada metro cúbico. No obstante, hacemos hincapié en que esta agua solamente puede ser utilizada en el lavado de superficies y el WC, sin que esto implique ningún contacto directo con ella”, apuntaron.

De cualquier modo, es importante recordar que este procedimiento casero puede ser útil durante la contingencia, pero no debe sustituir el posterior lavado de los depósitos de agua; para ello, existen servicios de aseo de tinacos y cisternas como, por ejemplo, Plomerísimo, en el cual el equipo experto utiliza métodos de limpieza profunda y la desinfección con hipoclorito de sodio como lo marca la COFEPRIS.

Finalmente, los especialistas, en congruencia con el compromiso de la compañía para el resguardo y la conservación del agua, hacen un llamado a la población para utilizar de manera responsable este recurso sin llegar a desperdiciarla y atendiendo las indicaciones proporcionadas por las fuentes oficiales.

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