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Nuestras iglesias no se tocan, cambie estrategia de seguridad señor presidente
Miércoles, Julio 6, 2022 - 14:04
La Peregrinación por la Paz y la Justicia ser realizó el martes 5 de julio en CDMX y diez estados de la República
Exigir al gobierno de México que cambie la estrategia de seguridad, fue el objetivo de la marcha que realizaron sacerdotes y activistas de colectivos de búsqueda en la Peregrinación de la Paz que se llevó a cabo en la CDMX, y otros estados del país.
“No podemos guardar más silencio, ni mirar para otro lado ante todo lo que está pasando. Tenemos que decir ‘ya basta’ ante tanta violencia. El discurso de abrazos y no balazos no está funcionando”, Martha integrante de la marcha.
Decenas de personas participan en la Peregrinación por la Paz y la Justicia, convocada el martes 5 de julio en diez estados de la República, incluyendo la Ciudad de México.
Las personas manifestantes, portaban las mismas imágenes de los religiosos asesinados, así como las de hombres y mujeres que forman parte de la estadística que asegura que en México hay 100 mil personas desaparecidas.
La peregrinación arrancó a las diez de la mañana en las inmediaciones de la Estela de Luz, en Reforma. Además de madres y familiares de desaparecidos, y de colectivos de búsqueda de Jalisco y el Estado de México, también participó el colectivo Iglesias por la Paz, que reúne a personas de religión católica, anglicana y bautista, principalmente. Aunque, desde un inicio, sus integrantes dejaron claro que la marcha no fue convocada por “ninguna iglesia en particular”.
“Dice el presidente López Obrador que la Iglesia, que los sacerdotes, han callado frente a la violencia. Pero eso no es cierto. Aquí está el ejemplo de que eso no es así, dijo Martha mostrando las fotografías de los religiosos-, luego de que el pasado 30 de junio el presidente criticara a la iglesia católica, a los obispos de México y a la comunidad jesuita, a quienes llamó “hipócritas” y acusó de no actuar en el sexenio del presidente Calderón.
“Estas personas trabajaban con la gente más pobre y en comunidades remotas donde no llega el gobierno, ni ha llegado nunca. Y si a ellos, que se dedicaban a ayudar, los mataron a balazos… ahora imagine lo que no harán con los demás”, recalcó la manifestante.
“Esto no se trata de ir en contra de ningún gobierno, ni en contra de nadie”, dijo Fray Julián Cruzalta, un fraile de avanzada edad que viste una túnica blanca, camina apoyado en un paraguas a modo de bastón y en una de sus manos lleva un cartel con el dibujo de una monja y la palabra “Justicia”.
“Se trata de convocar a un diálogo porque toda la sociedad está sufriendo y todos tenemos que ser escuchados. La estrategia del gobierno nos está afectando a todos; a las iglesias y sacerdotes también”.
El religioso, que está rodeado de medios de comunicación, de lonas y carteles con los rostros de personas desaparecidas que sostienen sus familiares, afirma que no están pidiendo más guerra porque eso no funciona, solo piden que no haya más impunidad.
“La impunidad es lo que permite que los grupos delincuenciales puedan hacer con nosotros lo que quieran, porque nada les pasa”.
Arturo Carrasco, un sacerdote de la Iglesia Anglicana de México se pronuncia a favor del llamado emitido el pasado 25 de junio por la comunidad jesuita: un diálogo nacional para “detener el río de sangre” que corre en el país.
Por su parte, Sigfrido Noriega, obispo de Zacatecas, quien sugirió un “pacto social” con los grupos del crimen organizado para lograr la paz ante la falta de resultados de la estrategia de seguridad del presidente López Obrador.
“Coincidimos con el obispo de Zacatecas; es necesario un gran diálogo nacional, incluso con los perpetradores del mal, para convocarlos a que depongan las actitudes que arrebatan la vida a otros seres humanos. Para construir la paz no hay que hablar con quienes coincidimos, hay que hablar con nuestros adversarios”, recalcó el sacerdote.
Carrasco pide “levantar la voz” y exigir cambios: “Es necesario ajustar la estrategia de seguridad. Hay más de 100 mil desaparecidos y más de 120 mil víctimas de la violencia. Ya basta”.
El llamado no solo es para autoridades, también para las instituciones religiosas. Carrasco quiere que adopten un papel más activo en la condena de la violencia:
“Es necesario también reconocer que la sociedad civil, y que las diferentes espiritualidades, no hemos hecho lo suficiente para frenar la violencia. Dejamos todo en manos del gobierno a pesar de que es un problema que nos atañe a todos”.
Después de la apertura de la peregrinación por la paz, que tuvo ‘marchas espejo’ en otras entidades como Chiapas o Morelos, los religiosos partieron rumbo a la glorieta de la Palma, rebautizada como ‘la glorieta de los desaparecidos’.
“Nuestras iglesias no se tocan, señor presidente” fue la frase que gritaba María Herrera, férrea activista y madre de cuatro hijos desaparecidos, conforme avanzaba la marcha.
“¡No necesitamos abrazos, necesitamos justicia!”, repetían las y los asistentes.
Antes del mitin Herrera, que recientemente fue noticia porque visitó al Papa Francisco y le pidió que interviniera para que el gobierno de López Obrador busque a los más de 100 mil desaparecidos que hay en el país, fue de las más combativas en su discurso.
“¡Nuestras iglesias, nuestras comunidades de fe, no se tocan, señor presidente! Respete nuestras creencias y nuestros valores. A nuestros sacerdotes nadie debe tocarlos. Si ustedes en el gobierno no pueden ayudarnos a defender a nuestros hijos, entonces tenemos que hacerlo con las iglesias”, gritó la mujer.
“Y estamos aquí para decirle al presidente que mire lo que está sucediendo en el país. ¿Cómo puede decir que no pasa nada cuando van más de 100 mil desaparecidos? ¿Cómo puede decir que todo se soluciona con abrazos, cuando hay tantas familias rotas? No, los abrazos no son suficientes. Porque… ¿qué consuelo nos puede dar un abrazo? Un abrazo no me va a devolver a mi hijo. Lo que yo quiero es justicia”.
Foto: Expansión Política
LSM