Huauchinango, Pue.- Desde una limpia para ahuyentar el mal aire hasta “tronar” el empacho”, fue parte de la oferta que hicieron las curanderas o curanderos tradicionales en la XX Feria de Tamal de Cuacuila, quienes dieron a conocer la práctica que se ha venido transmitiendo de generación en generación con base en un don desde el nacimiento de cada curandero. 

Un dato es que, más de 200 personas al mes acuden a la comunidad indígena náhuatl para buscar los servicios de medicina tradicional, sin contar los días festivos que, es en donde más número de personas acude. 

Una de las curanderas presentes fue, Esther Chino, quien compartió que desde los 12 años descubrió du don de cura, por lo que aceptó e inició su aprendizaje de métodos para curar una torcedura de estómago, un empacho. 

La mujer indicó que ella se encomienda a Dios, en la iglesia católica para curar, por lo que negó que sea tlamatki (el que sabe), dado que el tlamatki cura con el manejo de energías en las cuevas u ofrendando en sus propios altares. 

Dijo que ningún método es malo, sólo que son formas diferentes de curar los males a las personas, como a las mujeres que, acuden con ella para, “una subida de ovario, de matriz o de vejiga”. 

Aseguró, sin decir cómo, ella puede ayudar a que las mujeres se embaracen o también las ayuda a acomodarles el bebé, si es que está mal en el vientre. 

Esther Chino cura dolores musculares, aplica ventosas, realiza limpias para ahuyentar el mal de aire, y limpia para quitar el mal de ojo. 

En su edición del año 2022, en la Feria del Tamal de Cuacuila, no destacó el platillo tradicional, fueron las curaderas y curanderos tradicional que tuvieron un espacio en la calle principal de la comunidad náhuatl, ubicada a escasos tres kilómetros de la cabecera municipal de Huauchinango. 

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