La demolición del estadio Ignacio Zaragoza por parte de la actual administración ha generado nostalgia en diversos sectores de la población, pues se trata de un inmueble cargado de historia para Puebla.
Construido en 1952 en el tradicional barrio de Xanenetla, el Zaragoza fue testigo de momentos memorables, como la coronación de los Pericos de Puebla en 1963, dirigidos por el inmortal Tony Castaño, cubano nacionalizado mexicano, quien llevó a los emplumados a una campaña de 80 victorias y 50 derrotas, con figuras de la talla de los Camacho (Ronnie y Moi), “Zacatillo” Guerrero y Rudy Sandoval.
Mi suegro, don Mario Hernández, quien nació y vivió en la 12 Oriente, cerca del barrio de San Francisco, me cuenta que de niño caminaba con sus hermanos hasta el estadio para ver los juegos de béisbol desde el cerro.
Entre 1962 y 1972, el mítico Zaragoza también fue hogar del Puebla de la Franja, el equipo de fútbol de la ciudad que luchaba por ascender desde la tercera división hasta la Primera.
En este mismo lugar, los días 17 y 18 de octubre de 1981, se presentaron los icónicos conciertos de la banda británica Queen, liderada por Freddie Mercury, un ícono del rock mundial. Para mí, este es el evento musical más importante en la historia de Puebla.
Sin embargo, no todos los recuerdos son felices. El 25 de febrero de 1983, el grupo puertorriqueño Menudo se presentó en el estadio, un evento que marcó un antes y un después en la música pop, pero que terminó en tragedia debido a una estampida humana que dejó tres personas fallecidas, vecinas de mi colonia, Gonzalo Bautista. Mi hermana Paty, que en paz descanse, y mi hermana Mary estuvieron presentes en ese fatídico concierto, aunque, afortunadamente, salieron ilesas.
La nostalgia por la demolición —o “transformación”, como ahora prefieren llamarla— del estadio para convertirlo en la sede de la nueva Universidad del Deporte queda opacada por un hecho aún más preocupante: la reciente remodelación del inmueble, realizada por la administración del exgobernador sustituto Sergio Salomón, costó 34.5 millones de pesos.
Esta inversión incluyó la rehabilitación del estadio y de la Plaza de la Concordia, con trabajos ejecutados por la empresa “Espacio de Arquitectura e Ingeniería JH S.A. de C.V.”.
Entre las mejoras se encuentran el cambio de pasto, el remozamiento de las gradas, el mantenimiento de la vegetación, la instalación de mobiliario, paneles solares, cámaras de vigilancia y sistemas de drenaje sostenibles. Hay que decirlo: el estadio había quedado muy bien.
Sin embargo, esta obra, iniciada en 2022 y concluida en 2023, con menos de dos años de haber sido reinaugurada, ahora será demolida como si los poblanos pudiéramos permitirnos tales lujos. Además, no podemos olvidar que en el mismo sitio se construyó el llamado “Partenón poblano”, la nueva sede del Congreso, con un costo de 890 millones de pesos, en terrenos que, según se dice, pertenecían a la familia de Jorge Estefan, exsecretario de Educación, quien ahora parece estar desaparecido a pesar de su acumulada fortuna.
La Universidad del Deporte es, sin duda, un proyecto valioso, pero surge una pregunta inevitable: ¿no se pudo diseñar un plan que aprovechara lo ya invertido en el estadio? Como diría el clásico, conste que es pregunta.
Los azulejos del puente de Angelópolis se caen solos. Siempre he creído que las megaobras ejecutadas en los últimos meses de la administración de Sergio Salomón, hoy coordinador del Instituto Nacional de Migración, no respondieron a una necesidad real de la población ni formaron parte de un plan de desarrollo urbano bien estructurado para Puebla.
No soy experto en el tema, pero no hace falta serlo para notar la mala calidad de estas obras. Goteras e inundaciones en el “Partenón Legislativo”, distribuidores viales con azulejos que se desprenden o se desmoronan: las evidencias hablan por sí mismas.
No se trata de vandalismo, como alguien intentó justificar, sino de trabajos mal ejecutados. No estaría de más que estas obras fueran auditadas, aunque dudo que eso ocurra. La realidad es que los recursos de los poblanos merecen ser mejor administrados, y la historia del estadio Ignacio Zaragoza es solo un ejemplo de cómo la falta de planeación y la improvisación pueden llevar a despilfarros innecesarios.
Denuncia ciudadana por cobros a ex trabajadores del ayuntamiento por sus laudos
A esta redacción llegó el documento donde una ciudadana presenta una queja ante instancias estatales de estos actos de corrupción, en dicho escrito se precisa que el sindico municipal Iván Cuautle Minutti exige moches que de acuerdo al sapo es la cantidad que se embolsa.
Actuaciones ilegales, parciales y hostigamiento en fraccionamientos del municipio de San Pedro Cholula para el cambio de sus mesas directivas
Este columnista tuvo acceso al sistema de portales de transparencia y ubicó solicitudes de acceso a la información donde existen quejas de residentes de diversos fraccionamientos ubicados en San Pedro Cholula, lo cuál corrobora que hay una ciudadanía agraviada por las acciones ilegales y abuso de sus funciones por parte del síndico Municipal Iván Cuautle Minutti.
Esto es la punta del iceberg de una conducta voraz y apetito rapaz en el uso y manejo del poder y recursos que tiene conferidos como servidor público de primer nivel.
¿Cuántas más Iván Cuautle Minutti, cuántas más?
¿A caso su cargo de elección le da fuero?
riva_leo@hotmail.com
clh
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Director de Noticias y Editorial de Efekto 10 radio y portal informativo