Hace unos días, se cumplieron siete años de aquel histórico 1 de julio de 2018, cuando el pueblo de México decidió cambiar el rumbo de su historia. No fue solo la elección de un presidente, fue la elección colectiva de un nuevo camino, una nueva esperanza.
Ese día, millones de mexicanas y mexicanos determinaron romper con el pasado de corrupción, de abandono, y más de 30 años de gobiernos neoliberales, para poner en marcha un proyecto de nación basado en la justicia social y el bienestar de las mayorías.
Con Andrés Manuel López Obrador al frente, la Cuarta Transformación dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad palpable. De entonces a la fecha, se han dado pasos firmes para reconstruir al Estado mexicano desde abajo, priorizando siempre a quienes por décadas se les ignoró.
Uno de los avances más contundentes son los 11 millones de personas que salieron de la pobreza gracias a una política salarial digna, a los programas sociales y al fortalecimiento de la economía desde lo local. Además, el salario mínimo aumentó más del 100 por ciento, en términos reales, después de décadas de estancamiento.
Los apoyos sociales se ampliaron, se elevaron a rango constitucional y hoy son ejemplos de cómo se puede gobernar con el corazón y con visión de Estado, a tal grado, que más del 80 por ciento de los hogares reciben un apoyo directo del Gobierno.
Además, la visión de desarrollo se expandió con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, mientras que, en el terreno legislativo, las reformas impulsadas por la 4T han sido fundamentales.
La reforma al Poder Judicial, la constitucionalización de los programas sociales, la defensa de la soberanía energética, la desaparición de organismos que duplicaban funciones, marcan un antes y un después en la vida institucional.
No ha sido fácil. La transformación ha enfrentado resistencias. Pero a pesar de los ataques y de las mentiras, el pueblo ha respaldado este proyecto una y otra vez, porque la gente sabe que, por primera vez, se le está cumpliendo.
Hoy, con la presidenta Claudia Sheinbaum al frente, damos paso a una nueva etapa. Su liderazgo, su firmeza y su compromiso con los principios de la 4T nos dan certeza. Como ella misma lo expresó: el presidente López Obrador construyó los cimientos del Primer Piso; ahora toca levantar el Segundo Piso con responsabilidad, unidad y amor por México.
Quienes formamos parte de este movimiento refrendamos nuestra voluntad y convicción de seguir apoyando a la presidenta en la consolidación de este proyecto histórico. Porque aún queda mucho por hacer; porque, por el bien de todos, primero los pobres, y porque la transformación de México no tiene marcha atrás.
X y Facebook: @RicardoMonrealA
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El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.
Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).
En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.
Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT).
Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.