Cambiarán conducta de presos con ajedrez y papel de baño
En la famosa prisión de San Quintín, situada en la bahía de San Francisco en California, Estados Unidos, para alguien que vive fuera de estos muros húmedos, los cambios pueden parecer pequeños. Un sargento saluda a un prisionero con un “buenos días” en lugar de gritarle una orden. Los guardias comienzan a llamar a los prisioneros “residentes”. Se dan la mano e intercambian bromas. El depósito de papel higiénico se repone cuando está vacío. Los hombres no tienen que preguntar.
De acuerdo al diario estadounidense Los Angeles Times, en la prisión estatal más antigua e infame de California, se está produciendo un cambio monumental a través de un experimento denominado Modelo California, un esfuerzo que el Gobernador Gavin Newsom anunció para reimaginar la vida en prisión, comenzando en San Quintín.
Newsom dijo que imagina un sistema penitenciario que no sólo confine a los infractores de la ley, sino que los prepare mejor para reintegrarse a las comunidades después de su liberación, lo que significa ampliar la capacitación laboral y el tratamiento del consumo de sustancias, reemplazar una cultura carcelaria basada en la jerarquía y el miedo con oportunidades de conexión e interacciones sociales normalizadas.
La prisión estatal de San Quentin, establecida en 1852, es el punto de partida de los esfuerzos del Gobernador Newsom para renovar la cultura carcelaria con un mayor enfoque en la recuperación y la rehabilitación.
Se necesitarán años y millones de dólares para implementar plenamente el Modelo de California en San Quintín. Y si hay apoyo para expandir el enfoque a las 32 prisiones del estado depende de lo que suceda en esta institución de 172 años de antigüedad en los próximos años.
En cierto modo, San Quintín fue el lugar más fácil para empezar. Ubicada en una de las propiedades más caras de California, la ubicación de la prisión en el Condado de Marín ofrece conexiones con una gran cantidad de grupos progresistas de investigación y asistencia legal del área de la bahía ansiosos por trabajar en la reforma.
La prisión también abarca los extremos del castigo corporal. Hasta hace poco, albergaba el corredor de la muerte del estado para hombres, una lúgubre unidad de hormigón y hierro, donde se apilan estrechas celdas de cinco pisos de altura. Allí, algunos de los sociópatas y asesinos en serie más brutales del estado han vivido sus días en lo que en realidad es confinamiento solitario.
Los condenados a muerte en San Quintín están siendo trasladados a otras instalaciones mientras el Estado busca transformar la prisión en un centro de rehabilitación.
Fuera del corredor de la muerte, la mayoría de los 3 mil 400 reclusos están alojados en unidades con clasificación de seguridad media. Eso significa que, ya sea por la naturaleza de sus delitos o por su comportamiento en prisión, se considera que corren un riesgo relativamente bajo de violencia y se les permite reunirse en áreas comunes durante una parte del día.
La prisión ha desarrollado una gran cantidad de programas de rehabilitación, incluidas clases de codificación y un centro de medios que alberga un aclamado podcast y periódico dirigido por presos.
Bajo la Dirección de Newsom, el Departamento de Correcciones y Rehabilitación del Estado ha pasado el año pasado vaciando el corredor de la muerte, transfiriendo sistemáticamente a los aproximadamente 630 hombres condenados a otras prisiones. San Quintín será rediseñado como un centro de rehabilitación completo que se base en los programas existentes.
El próximo gran paso es un proyecto de construcción de 239 millones de dólares para demoler una vieja fábrica en el predio de la prisión y reemplazarla con aulas espaciosas, un mercado de alimentos frescos y, un día, una cafetería administrada por los presos.
El modelo se basa en un cambio drástico en las relaciones entre oficiales y prisioneros, dos facciones históricamente enfrentadas en un sistema construido sobre el juego de clanes para la supervivencia.
San Quintín está organizando partidos de ajedrez, torneos de patada al balón y partidos de fútbol bandera como una forma de fomentar las relaciones y las interacciones sociales más normalizadas en la vida en prisión.
leticia_montagner@hotmail.com
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Leticia Montagner es licenciada en Periodismo y tiene la maestría en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Doctorada en Derecho y Género. Fue catedrática de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Es pionera en Puebla de noticiarios y programas radiofónicos con perspectiva de género desde 1997. Conductora de programas de radio y televisión en Puebla. Actualmente es catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, escribe una columna política los miércoles en El Sol de Puebla y conduce la Revista ABC en ABC Radio 1280 de AM.