Derecha vicaria

Si la violencia vicaria es aquella que se ejerce contra las y los descendientes consaguíneos en línea directa de una persona a la que se busca causar un daño (es decir, sobre sus hijas o hijos), la violencia política vicaria sería aquella que se ejerce contra las y los descendientes directos de una persona que está o estuvo en el ejercicio de un cargo público relevante, como el de Presidente de la República.

Los ataques y cuestionamientos que en estos días se están ejerciendo contra Andrés Manuel López Beltrán, Secretario de Organización de MORENA, por los supuestos “malos resultados” en la elección judicial y en los comicios locales concurrentes en Durango y Veracruz, en realidad son el pretexto circunstancial que la oposición anti-4T ha encontrado para atacar a Andrés Manuel López Obrador.

Ante la imposibilidad física y política de seguir cuestionando a quien de manera material, concreta y real se ausentó de la vida pública de México (con la única aparición momentánea y coyuntural del domingo de las elecciones judiciales), la oposición antilopezobradorista ha dirigido sus baterías contra el vástago del expresidente que es más visible, está más vigente en la vida pública y quien además tiene los mismos nombres de pila y apellido paterno que su progenitor.

También está la violencia sicaria, que con la violencia vicaria tiene algo más en común que la similitud fonética. Psicológica y criminológicamente, comparten la misma estructura del comportamiento violento y solo se diferencian por la recompensa que se obtiene durante la consumación del acto: el sicario, un beneficio económico; quien ejerce la violencia vicaria, la saciedad de un instinto primario y básico de venganza (motivada a su vez por todos los resortes de la llamada psicología oscura o los instintos primarios del “buen salvaje” de Rousseau: odio, envidia, rabia, inquina, fobia, desprecio).

Si el sicario recibió su nombre por el término romano sica, que es una pequeña daga florentina fácil de esconder (cuya hoja metálica y afilada es bañada previamente en una pócima venenosa), el violentador vicario recibe su nombre por actuar contra personas a las que supone ser representación, extensión o proyección de alguien superior en autoridad y mando.

Y en el caso que nos ocupa, la motivación vicaria de los cuestionamientos a Andrés Manuel López Beltrán es dolosamente fallida por partida doble: en primer lugar, los supuestos descalabros por una “desairada” elección judicial y los presuntos “tropiezos” de MORENA en Durango y Veracruz no existen como tal.

Como lo ha destacado la Presidenta Claudia Sheinbaum, los más de 13 millones de ciudadanas y ciudadanos que eligieron a quienes integrarán el Poder Judicial federal son muchos más que las y los 128 senadores que tradicionalmente lo hacían o que los votos que obtuvieron por separado PRI y PAN en la pasada elección presidencial.

Y el supuesto descalabro de MORENA en Durango y Veracruz tampoco es tal. MORENA y sus aliados van a gobernar más municipios que antes de estos procesos electorales locales.

Entonces, ¿por qué esta andanada de ataques de la derecha contra Andrés Manuel López Beltrán? Por dos sencillas razones:

Primero, porque desde los tiempos bíblicos, una forma de atacar al padre es atacar al hijo.

Segundo, porque la derecha anti-4T, no anda buscando quién se la hizo, sino quién se la paga. Es decir, pretende responsabilizar a otros de las fallas y fracasos propios.

Lamentablemente, la aparición de esta derecha vicaria no es una buena noticia. No le sirve ni a la oposición ni a la ciudadanía.

La oposición constructiva que tanto necesita el país está lejos de configurarse, y ello no abona a la mejoría de nuestra vida pública, pero tampoco al avance de la democracia en México.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

 
 
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Ricardo Monreal

El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.

Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).

En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.

Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el  Partido del Trabajo (PT).

Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.