Desesperados

Si la desesperación es mala consejera, en política es una pésima aliada. Y la desesperación ha empezado a apoderarse de la estrategia de la coalición opositora. No es para menos: a dos meses y medio de la elección presidencial, las preferencias no se mueven; aparecen igual que hace seis, tres y dos meses. Sigue de puntera la Dra. Claudia Sheinbaum, con una ventaja promedio de 18 puntos; en segundo lugar, la candidata Xóchitl Gálvez, de la oposición coaligada, y en tercera posición, el candidato de MC, Jorge Álvarez Máynez.

Por supuesto que siempre existirá la posibilidad de que preferencias tan asentadas cambien repentinamente (desde una hecatombe hasta un milagro), pero la probabilidad de que esto suceda simplemente se ve lejana, a dos dígitos de distancia. Y esto causa desesperación a quienes apostaron mucho o todo su resto a pasar de segundo a primer lugar en la carrera presidencial.

Esto explica que el frente opositor esté apostando ahora a realizar una campaña de negativos contra MORENA y la candidata Claudia. Ese tipo de campañas o de guerra sucia son consustanciales a cualquier competencia abierta. Máxime si el tiempo avanza y apremia. Pero no cualquier campaña de negativos prende y es comprada por el electorado.

Para ello, debe poseer determinadas características. El ataque tiene que ser creíble, contener pruebas, ser sorpresivo y sorprendente (escandaloso per se). Si se descubre que es un truco, una treta o una mentira burda, el ataque negativo tiene el efecto de un búmeran; termina golpeando a quien lo lanzó.

Esto ocurrió con los dos misiles arrojados contra el presidente López Obrador y la candidata Claudia en las últimas semanas, con los hashtags #NarcoPresidente y #NarcoCandidata. Después de tres semanas de haber sido soltados, los interceptó el mismo mandatario, y los negativos fueron debidamente encapsulados y procesados, a tal grado que no afectaron la alta aprobación que él sigue registrando, como tampoco la ventaja de la candidata presidencial de MORENA.

Desmontar el montaje y revelar los trucos y tretas que están detrás de toda campaña de negativos es la mejor forma de neutralización. Y así se hizo, al mostrar la enorme cantidad de bots que alimentaron esos hashtags, los altos montos invertidos en la difusión y, sobre todo, al no haber exhibido nadie prueba alguna, contundente y fehaciente.

El segundo misil fallido fue la supuesta declaración del presidente de España, Pedro Sánchez, alertando sobre el hipotético riesgo en que estarían las elecciones mexicanas por una presunta intervención del crimen organizado. En un comunicado distribuido por el PRI nacional, se leía lo siguiente:

“La Internacional Socialista, como parte de su misión de fortalecer los valores democráticos, alentó a sus partidos miembros a movilizarse en el marco de una misión de observación electoral en México, al tiempo que pidió la protección del proceso electoral en México, en particular a través de garantizar la integridad del proceso electoral del 2 de junio y la seguridad de los candidatos frente a presiones y amenazas del crimen organizado”.

Tal declaración se atribuyó al mandatario hispano, en su calidad de presidente de la Internacional Socialista, pero sucede que él nunca la emitió, y tuvo que ser desmentida, por notoriamente falsa y manipuladora.

La verdad no solo te hace libre; también vuelve blanco lo negro, y es mejor consejera y aliada que la desesperación.

 

ricardomonreala@yahoo.ocm.mx

X y Facebook: @RicardoMonrealA

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Ricardo Monreal

El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.

Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).

En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.

Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el  Partido del Trabajo (PT).

Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.