La titular de este derecho humano es la ciudadanía (las audiencias), no el poder político (Leviatán) ni el poder económico (Behemot.)
El diferendo entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el empresario Ricardo Salinas Pliego por la cobertura informativa y editorial de TV Azteca sobre el huracán Otis trajo a la mesa un tema de la mayor importancia: el conflicto de interés en que pudiesen incurrir los empresarios de los medios que mantienen negocios en otros rubros distintos de la comunicación.
El presidente señaló que TV Azteca sostiene una línea editorial crítica respecto a su gobierno (vacunas, libros de texto y Otis), porque el dueño del medio de comunicación se resiste a pagar al fisco un adeudo de 25 mil millones de pesos, y utiliza a su televisora y al Poder Judicial federal para lograr la cancelación, reducción o elusión de la deuda.
Por su parte, el empresario argumenta que se trata de dos temas diferentes: uno es el litigio que sostiene hace más de 15 años con la autoridad fiscal, ante lo que considera un “cobro injusto y abusivo de impuestos”, y otro es la libertad de expresión que lo obliga a difundir la verdad ante lo que está sucediendo. Más aún, en su video del pasado viernes denunció que son el presidente y su gobierno los que utilizan con fines político-electorales a la televisora del Ajusco, seguramente refiriéndose al uso de los tiempos oficiales que por ley están obligados a transmitir de manera gratuita todos los concesionarios de radio y televisión del país.
El diferendo entre el titular del Ejecutivo federal y el tercer empresario más rico del país no es en absoluto menor: 1) ambos se han profesado respeto político e ideológico desde que el presidente AMLO fue dirigente del PRD, jefe de Gobierno del Distrito Federal y tres veces candidato presidencial; 2) en los peores momentos del cerco y linchamiento informativo, TV Azteca, a través de Jorge Mendoza, siempre mantuvo sensibilidad, apertura y difusión a los planteamientos del movimiento; 3) el empresario tiene un asiento en el Consejo Asesor Empresarial de la Presidencia desde el inicio del actual gobierno; 4) el adeudo fiscal del Grupo Salinas representa el 13.5 % del patrimonio corporativo del empresario; 5) el crédito fiscal del SAT representa 2.5 veces la deuda total de TV Azteca, que al tercer trimestre del presente año fue de 9 mil 839 millones de pesos (con una demanda de bancarrota involuntaria en EUA); 6) A partir de 2019, la caída en los ingresos por publicidad oficial, motivada por una política de austeridad, afectó en una tercera parte los ingresos de la televisora, mientras que la pandemia redujo sensiblemente la publicidad privada; este efecto combinado produjo una baja notable en la rentabilidad del medio de comunicación (el fenómeno no es privativo de esta empresa). En resumen, en cinco años bajaron sus ingresos y crecieron sus deudas, especialmente la fiscal.
Cobrar impuestos, no condonarlos, es uno de los principios fundacionales de la 4T. Tal vez represente la medida más valiente e importante en términos ideológicos y políticos, porque tiene que ver con la separación real entre el poder político y el poder económico.
La libertad de expresión es uno de los bienes públicos más importantes en una democracia. La titular de este derecho humano es la ciudadanía (las audiencias), no el poder político (Leviatán) ni el poder económico (Behemot). Usarla para los fines propios de uno u otro poder es pervertirla, corromperla y atentar contra la ciudadanía.
X y Facebook: @RicardoMonrealA
Anteriores

El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.
Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).
En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.
Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT).
Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.